Escalar es una actividad deportiva muy gratificante, y en la cual
entregamos todos los músculos del cuerpo. Practicar escalada deportiva nos
exige, y nos ayuda a desarrollar ciertas habilidades de equilibrio que nos
pueden ayudar bastante en la progresión por media o alta montaña. Además,
aprenderemos el manejo de ciertas técnicas de aseguramiento, por si algún día
debemos progresar encordados… como por ejemplo hicimos en el Breithorn (4164m)
el mes de agosto pasado.
Últimamente esta actividad estaba un poco olvidada, en nuestros cajones…
pero afortunadamente llevamos una racha, en la que no paramos de acudir a la
escuela de San Bartolo. Además, en el Kiosco (Betis) podemos reponer fuerzas
cuando acabamos la actividad.
No hace mucho, descubrimos a Wolf Alice, un grupo de rock alternativo que
nace en 2010 en Londres, en el que destaca la dulce voz de Ellie Rowsell.
Merece una escucha, desde luego… igual que merecen un tiento esas paredes de
arenisca que encontramos en nuestra zona preferida para practicar la progresión
en vertical, y soñar por unos instantes que emulamos a Walter Bonatti… aunque
eso sea mucho soñar…
De vez en cuando, igual que en la música buscamos nuevos grupos que nos
emocionen, nuestro compañero y maestro, Nano, nos tienta con abrir nuevos
itinerarios… y en esa tesitura nos metimos hace una semana, desbrozando y
limpiando una fisura que llevaba tiempo pidiendo a gritos una cordada. Todavía
no tiene nombre… pero ya es nuestra.
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Los Dados |
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Fran |
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Enrique |
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Nano
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La cantera de Punta Paloma |
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Cernícalos |
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La Fisura a desbrozar. |
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Fran dudoso. |
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Nano consigue la fisura. |
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Enrique supera el techo. |
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