Segunda vez que visitamos la cumbre más alta de nuestros vecinos… cumbre peninsular, pues como en España...
La primera vez, finalizaba 2016 y ascendimos por la vertiente de Covilhã, llegando con el coche hasta unos 1600m… hoy hemos decidido llevar a cabo una ascensión más laboriosa, para así conocer otros aspectos biológicos de la montaña, y por otra vertiente. Además, se llevó a cabo el 14 de abril… día de la República.
Volvemos a dormir en Seia, ya que queda cerca de Alvoco da Serra, la población que elegimos para aparcar el carro y acometer esta arriesgada empresa, pues el camino está marcado desde el inicio: Torre 7,2 kms. Fácil parece, mas son casi mil trescientos metros de desnivel a superar en muy poca distancia; al inicio hay dos calles muy pendientes, y piensas: ¡como esto sea así todo el rato! pero enseguida suaviza, incluso se baja algo… y la parte final, cuando ya ves los vetustos armatostes de la OTAN y parece que has llegado… falta más de un kilómetro de altiplano… casi llano. Por lo tanto, esos 1300m se concentran en a penas 5 kms. Las dos calles del principio eran pecata minuta para lo que nos esperaba.
Hablando de instalaciones militares en desuso, nos preguntamos sobre la responsabilidad del Ministerio de Defensa en cuestión de gestión de residuos…
Siguiendo con la ascensión, ha crecido tanta hierba que el camino cuesta seguirlo, de hecho, nos confundimos un par de veces por la zona más baja.
Primero se cruza un aporte importante del río Alvoco, y luego hay que vadear el ribeira do Cirio, bastante caudaloso y del que bebimos agua, ya que proviene de las zonas más altas de esta montaña de origen glaciar. De todas formas hay que tener en cuenta que la cumbre está urbanizada.
Las marcas de PR nos irán guiando… están recién pintadas y hay muchos hitos. Justo al cruzar el Cirio, tras el poste de madera que marca el cruce de caminos, la pendiente se acentúa al máximo… y es la tónica de los próximos mil y pico metros verticales. Se marca la arista, alomada, por lo tanto tenemos vistas buenas a ambos lados… y esa desmoralizante y continua visión de que parece que todo se acaba un poco más adelante. No te desmotives… hasta que no veas los radares no hay nada que hacer… aquí hay que subir casi mil metros en 3 kms. Por algo la apodan “Temível Rota do Pastoreio”
El ascenso es muy entretenido, porque voy reponiendo hitos a parte de ir engordando paulatinamente la lista de geocachés encontrados… que han sido más de 40 esta semana… todos tenemos nuestra droga… otros toman barritas energéticas o participan en carreras…
Seguimos nuestro trilho, hasta alcanzar cerro dos Pardieiros… pero la cosa no acaba aquí… ese inalcanzable promontorio granítico parece alejarse un poco más. Vemos los típicos gendarmes de granito de erosión claramente glaciar, que parece una acumulación de cubos de distinta geomorfología.
¿Es ahí? Me preguntan desde abajo… ¡Nooooooo! Grito a los cuatro vientos.
Ya va empezando a entrar ganas de comer un poco… desde las 7:30 del desayuno, no hemos comido nada y son más de las 14:42. Es cierto el dicho: El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed, y habla sin tener nada que decir. ¡Ya hemos llegado! Bueno… aquellas autocaravanas se ven aún muy pequeñitas… ¿no? Pues si… quedaba aún más de kilómetro y medio en línea recta, como postre. Dejamos un montón de migas de pan en la piedra… un montón.
Otra vez en esta desvirtuada y mancillada cumbre, que de ser mejores personas podría estar mucho más cuidada, pero parece que hoy eso importa poco. La emoción de ascender al punto más alto, aunque sea en coche, hace que todo lo relativo a conservación de aquello que pisas, se venga un poco a segundo plano. En el fondo, lo entendemos… no vamos a arreglar el mundo por una lata o una mascarilla.
Hubo un conato de incendio… de destrucción… pero se solventó con diálogo. No merece la pena romper la mitad de la empresa por el simple hecho de haber llegado cansado a la cumbre… esa maldita cumbre de la que puedes bajar en coche, casi lo estropea todo. Si no hubiese estado urbanizada, ni nos hubiéramos planteado la posibilidad de volver en carro. Y menos mal que el diablo no puso un taxi en la cima.
Lo que si se puso en nuestro camino fue un concierto de Cordovas en Cádiz, durante su gira europea… al poco tiempo de haber bajado a casa. Estos norteamericanos son realmente virtuosos y lo dan todo en directo. Es una banda de dos percusionistas, dos guitarras, bajo, teclado, y cantan los tres de las cuerdas de acero. Es lo que se llama una Gran Jam Band, y esperamos que alguna vez vuelvan por España, porque sería una pena no volver a verlos.
La bajada por el mismo camino… comprobando que no quedó rastro del medio kilo de pan que dejamos en el granito; metimos una variante en la zona de las casas. Acequias, puentes, arroyos… muy amena esta parte hasta llegar al puente de Alvoco da Serra; y luego carretera hasta Fundão, preciosa… por la falda sur de la Serra da Estrela, salpicada de blancas poblaciones… ¡que buenos recuerdos crea el paisaje portugués! Al día siguiente, la visión de los dos radares desde la ventana de la casa, fue la guinda de despedida.
La carretera hacia Castelo Branco es también digna de recorrer… en vez de usar esas autoestradas en las que no ves nada. Conocimos un rincón espectacular al cruzar el río Tejo en las mismas Portas do Rodão que fue una grata sorpresa. Merece la pena llegar a casa con demora y profundizar en el paisaje y sus poblaciones… Portugal es tan acogedor, que haces todo lo posible por retrasar el viaje de vuelta.
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Salimos de Seia |
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Aparcamos en Alvoco da Serra |
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Casas y panales |
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Vadeos |
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Colaboremos |
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Parece que no nos alejamos de Alvoco da Serra |
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Hay que ir a por el cerro del centro |
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Hermosos gendarmes de origen glaciar |
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Hermoso Cerro dos Pardieiros |
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Un alien |
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¿No decías que ya? |
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Reunión en la gendarmería |
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Ahí, desafiando... que no desafinando |
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Desafío Hito Grande, aunque no ande |
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Comimos nosotros, y algún pajarillo más |
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Manolo era un hombre de pelo en pecho |
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Caminando por el lao más bestia de la vida |
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Refugio de pastores |
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Todos a comprar algo en la cumbre |
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Certificado oficial de cumbre |
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La puñeta... la puñetera... la estupidez |
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¿OTAN? No, gracias Y una torre de 7 metros en el Torre, ya sabemos para qué |
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Balones fuera |
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Zona de pasto de montaña y agua... bastante agua |
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Y comienza la vertiginosa bajada |
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Sorteando |
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Llegando al agua |
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Puente a medio derrumbar |
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Linderos de piedra seca, un patrimonio cultural |
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Vista de la Serra da Estrela desde Fundão |
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Puente sobre el internacional río Tajo/Tejo |
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En las Portas do Rodão |
Buenas Fran.
ResponderEliminarQué chulas esas dos fotos finales del Tajo entre brumas, que por cierto, no sabía que en Portugal se le llamaba Tejo, me gusta.
Por otra parte, en cierto modo veo comprensible lo de esa torre de siete metros en la cima... al fin y al cabo es por la misma razón que Henry Russell mandó construir un hito de tres metros en la cima del Vignemale ;-)
Lo que no es comprensible de ninguna manera es que sigan ahí arriba esos armatostes militares. ¿Qué ya no se utilizan?, pues coño, lo más razonable sería desmantelarlo y que no quede ni rastro de ellos. La verdad es que siendo este el punto culminante del Portugal peninsular, lo desvirtúan bastante. Tampoco comprendo algunas personas que conozco, montañeros algunos, y que se escandalizan por ver la piel de un plátano en mitad de una senda, que de cierto modo intentan justificar el que se vean mascarillas tiradas por la montaña, en fin...
Y buena ascensión la que os marcasteis. Exige salvar un buen desnivel esta vertiente de Covilha. Y el entorno, quitando de el hierro y hormigón de la cima, esta muy guapo, todos esos granitos y piornales delatan su ADN Sistema Central. Corrígeme si me equivoco, pero hay una vertiente de esta montaña que está salpicada de lagunas, ¿no?.
Abraços!!
Dani, tienes razón, hay un barranco que va casi paralelo al que usamos nosotros para subir, que tiene varias lagunas glaciares, aunque alguna, como en Pirineos, se han represado. Es la garganta de Loriga, otra población que también barajamos para dejar el carro y ascender. Quizá lo ideal es subir por una y bajar por otra... después puedes coger un taxi... no será caro. En el Paiva sólo nos cobraron 15 pavos... si van 3... es muy poco dinero.
EliminarPues si... el Tejo... de ahí la región de Alentejo... más allá del Tejo.
Las vetustas infraestructuras de defensa... una vergüenza. Mira, en las Villuercas ocurre igual... material abandonado en la misma cúspide, divisoria natural del Tajo y el Guadiana... donde nace el Almonte, y donde tenemos, que yo sepa, el único relieve Apalachense de la península... cuarcitas armoricanas... del ordovícico inferior... 450 millones de años... fíjate que la costa de Cádiz tiene acantilados que se formaron hace 5,3 millones de años... Ordesa tiene registros de hace 60 millones de años... poco tenemos en cuenta las Villuercas...
La piel del plátano... una piel demasiado fina... es quizá lo que tienen algunos. Mira, Agentes Forestales, o el mismo Director del Parque de Grazalema, nos dijeron que por una piel de plátano o unas mondas de naranja, NO pasa nada. Eso ni estropea y acidifica el suelo, como dicen algunos. A ver... si tiras un camión de naranjas en el Pinsapar... pues claro.. pero si llevas tu plátano, y metes la piel en la base de un arbusto o bajo una piedra, no pasa nada. Desaparece en poco tiempo... se lo comen. Lo que no se puede tirar es plástico, vidrio, latas... hemos visto latas con 40 años, ¿no es cierto? Tampoco tiraría yo un plátano en la cumbre del Mulhacén o de Monte Perdido... porque a esa altitud y con 6 meses al año cubierto de nieve... va a durar muchísimo.. además de ser un lugar concurrido. Un poco de cabeza es suficiente. Tampoco es de recibo cagar en la cumbre de Penyagolosa... joder, que luego nos comemos ahí el bocata... vete un poco más abajo.
Saúde e abraços