viernes, 8 de marzo de 2024

Pico Torrecilla sin visibilidad, desde el mirador del Saucillo.

Creo que su nombre era Karine, y nos dejó bastante precipitación en algunas zonas de la península. Hace años que se le pone nombre a las borrascas, como todos sabemos, y hay personas que critican eso y dicen aquello de “una tormenta de toda la vida”… bueno, si, tormentas ha habido toda la vida. Otro fenómeno que algunos critican, es la DANA… alegando que es “la gota fría de toda la vida”. En ciencia se avanza a diario, porque todos los días, las científicas y científicos trabajan en ello. La medicina también ha evolucionado algo… ¿no? Antes se moría alguien… y yo he llegado a escuchar aquello de: “ha muerto de algo malo”… pues claro… no va a ser de algo bueno. Simplemente, en la actualidad hay bastante más conocimiento y mejores medios. ¿Lo de poner nombre a las borrascas? Me parece una gran idea. A mi no se me olvida que el huracán Katrina fue, indirectamente, el causante de la muerte de Clarence “Gatemouth” Brown… y no vamos a explicar las causas de la desaparición de uno de mis músicos favoritos.

Como últimamente que vamos a Sierra de las Nieves (recordamos que es Parque Nacional), salimos el viernes por la tarde, nos hospedamos en Ronda, comemos algo bueno allí, y así no hay que darse el madrugón el sábado y conducir 350 kms en el mismo día de la ruta. Hay que fraccionar que ya estamos más viejos.

La predicción era esa, borrasca con vientos muy fuertes y probabilidad de lluvia, incluso de nevadas por encima de muchos metros… y se cumplieron las tres. 

Sobre las 8:30 de la mañana, habiendo desayunado en El Burgo, ya estábamos caminando, dejando el auto, solitario, en el mirador del Saucillo.

Pasamos puerto Bellina, y se escuchaban bastantes pajarillos. Vimos dos pinzones vulgares… que ya está muy bien. Algún pinsapo caído dificulta el paso, pero la zona boscosa está preciosa… pasamos junto al Picacho, y poco a poco alcanzamos los Ventisqueros… ni que decir que hacían honor a su nombre… y que a esa altitud ya estábamos metidos de lleno en plena condensación. El Peñón de Enamorados ni se veía… y el camino pasa muy cerca. Paramos a tomar café, y nos alcanzó una pareja… los únicos que vimos en toda la mañana por esta vereda… hasta el momento.

Al rato nos cruzamos con un buen grupo de espeleólogos, y soportando un frío y un viento brutal, alcanzamos el cerro de Tolox, el cual bordeamos por el este, en lugar de por la ruta normal. Vimos carámbanos agarrados a la caliza en varias de las oquedades que forman estas preciosas paredes. Escuchamos un pito verde (Picus sharpei), y vimos un acentor alpino (Prunella collaris) muy cercano.

En el cerro de la Plazoleta nos cruzamos y coincidimos con bastantes personas… la visibilidad era muy baja, y vimos a la pareja que nos alcanzó donde el café… se dieron la vuelta a pocos metros de la cumbre debido al fuerte viento. Nosotros continuamos hasta finalizar la ascensión. Esta cumbre es nuestro talismán… nuestro rincón favorito. Comparándonos con Dani, este sería nuestro Penyagolosa… para que se nos entienda.

Por difícil que esté la ascensión, tirar de sensatez no es posible a veces, pues la cumbre te llama… es como el canto de sirenas del que advirtiera Circe a Ulises, y del que Robe hace una interpretación magistral en Viajando por el Interior: “Llega hasta el fondo, mi amor, cantaban las sirenas, átame al palo mayor con cadenas”. 

El viento feroz sube ladera arriba, y como consecuencia de la inclinación de la montaña, el flujo de aire sigue ascendiendo, dejando la vertiente opuesta en una especie de vacío… y ahí se estaba estupendamente… sin viento… y al poco de llegar, se fue todo el mundo, quedándonos solos, junto a media docena de acentores.

Bajamos un poco y vimos dos pajarillos que no sabíamos qué eran, mientras comíamos al resguardo del fuerte viento en una oquedad rocosa al este del cerro de Tolox, y al cabo de 3 días vi una foto… y me los recordó: Carbonero garrapinos, con total inseguridad. 

Tras la copiosa comida, sabíamos que todo sería una contrarreloj hacia el aparcamiento. Aun así, paramos a recoger algo de basura. Siempre hay algo. 

Una jornada enriquecedora donde las haya, y bastante memorable, donde se puso a prueba el material técnico y el cuerpo… donde no hubo tiempo más que para caminar y pensar, donde tensamos de sobra la musculatura esquelética, acción importantísima en nuestras vidas, pero en la que ni siquiera llevamos un pequeño prismático para saborear algo de avifauna… no fue ni rentable ni posible. Viento y condensación provocan momentos inolvidables… sensaciones únicas incluso de euforia.

Hay que, parafraseando a Leize, “paladear el tiempo como una pasión”. Que no te quede una montaña por ascender… o al menos por intentarlo.



















7 comentarios:

  1. Hace cosa de un año (5 de marzo del 23) nos vimos en la misma aunque quizás con más nieve, al menos por la zona de Los Ventisqueros y en la falda del Torrecilla. Recuerdo el camino de vuelta hasta el Saucillo a todo trapo por la lluvia que comenzó a arreciar a la altura del peñón de los Enamorados... A mí me pilló la borrasca el sábado pasado "desfilando" por la cresta del Jauletas; impresionante el ambiente de la espesa niebla que no dejaba ver el fondo de los cortados. Y mucha lluvia que, al menos, esperó a que finalizáramos el cresteo para decir "aquí estoy yo".

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    1. Hola Luiseme, nos alegra leerte de nuevo.
      Esa cresta del Jauletas es harto complicada, no es un paseo, desde luego. Esas nieblas agarradas a las montañas, en las aristas, suelen dejar un ambiente impresionante. Es espectacular ese juego de luces creado por el viento. Me acuerdo hace unos años tuvimos uno muy espectacular en la arista que va del Puntal de Juntillas al Puntal de los Cuartos... con nieve y aristas con cornisas... fue maravilloso, desde luego.
      Esos días vividos, de vientos, lluvias, nieblas... nieve... nunca se olvidan. Yo creo que de vez en cuando hay que arriesgar un poco y salir a vivir esas emociones en montaña. Da un poco de mal rollo salir lloviendo de casa, o al bajar del coche... pero a veces, está bueno el día, pero sabemos que va a complicarse a medida que transcurre la mañana, y que nos puede pillar la lluvia o la nieve... ¡Pues ahí! es donde tenemos que aprovechar... el día comienza bueno... pero si nos pilla la tormenta por el camino... aunque sepamos que nos va a pillar... no me parece ningún disparate ni una imprudencia salir a la montaña. Claro está, siempre preparados de buen material, para no pasar un mal rato.
      ¡Un saludo! Y estamos en contacto.

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    2. De acuerdo, aunque lo de "arriesgar"... Mejor tender al "riesgo cero", aunque por las propias características de la actividad, sea imposible. Pero sí, sé a qué te refieres: siempre que vayamos preparados con el material adecuado y sepamos usarlo, esas situaciones resultan muy estimulantes; además de servirnos de " escuela de montaña". 👌
      ¡Salud!

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  3. ...Con la ciencia hemos topado jejeje.

    Por una vez, amigo Fran, no concordamos en todo. Parto de la base de que considero fundamental la ciencia, y que sus avances nos han mejorado mucho la vida, pero de ahí que la ciencia y los científicos tengan que ser los poseedores de toda y la absoluta verdad... Por ahí si que no paso. Y siempre lo he dicho, la ciencia, en manos de alguien perverso, puede acabar siendo muy peligrosa, sin ir más lejos la I.A. tan en boga a ahora...

    Lo de poner nombres a las borrascas, vale que tendrá su sentido científico, pero yo lo veo más como una artimaña para tener alienado al personal, y que este repita como loros lo que escupe la televisión... una temporada toca hablar únicamente de Ucrania, otra de un volcán, otra de un virus, otra de un incendio, y otra de la borrasca de turno... Pero en fin, es mi opinión.

    Agradecerte la mención... a mí y a mi montaña favorita 😉 A ella también he subido alguna vez y al llegar arriba no he tenido visibilidad. Cierto que con niebla haya que extremar más las precauciones y estar más atentos al tema orientación, pero es algo que forma parte del juego. Pero oye, eso le da variedad a la cosa, pues al menos a mi me encanta ese momento en el que de golpe y porrazo te metes en la niebla y pasas de ver cosas a no ver nada, y si la niebla persiste, pues mola mucho el viceversa, y pasar de no ver nada a volver a ver paisaje. Además la montaña, en este caso el bello Torrecilla, parece otra distinta cuando la envuelve la niebla.

    Un abrazo.

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    1. Cierto es, Dani, y corroboramos también las palabras de Luiseme, que hay que ser precavidos... por supuesto... pero cuando uno ya conoce de sobra el terreno de juego, usando el gran símil futbolístico, te puedes permitir ciertos lujos... pero también es verdad que nos cruzamos con tres hombres que era la primera vez que iban al Torrecilla... y nos vieron aparecer por otro lado, y nos preguntaron si por ahí se bajaba al coche... iban despistados con la niebla... los acompañamos un rato hasta nuestro desvío.
      Lo de poner nombre a las tormentas, me gusta... ya te digo... le ponemos nombres a todo: piolet, crampones, chorlitejo patinegro... ¿por qué no a un fenómeno meteorológico puntual? Es una forma de referirse a ello, y de recordarlo en el tiempo. Lo de la tele y eso... no tiene nada que ver con la ciencia. Y claro, la ciencia en malas manos... es lo más común... la bomba atómica es una muestra de ello. Pero si que la ciencia debe ser la única verdad... no hay otra. Esas "verdades" inventadas hoy día por youtubers... siempre han existido... hoy se expanden a más velocidad... hasta hay ya grandes masas discutiendo que la Tierra es plana... eso ya es el colmo. ¿Cómo es posible que Galileo le diese 20.000 vueltas en inteligencia a esa panda de pardillos que hay hoy, con un móvil que navega con tecnología satélite, y diciendo que la Tierra es plana? Lo fácil que es hablar mal de la tecnología, usando la propia tecnología. Y siempre hay alguien que se lo cree., que es lo triste. Y yo que pensaba al principio que lo del terraplanismo era una broma... y no lo es... van en serio. Un desastre total.
      Todo debe ser estudiado e investigado, aún errando. La ciencia nos ayuda, y nos dispone a hacernos preguntas... los charlatanes, nos dan respuestas "certeras". Me fío más de quien duda.
      ¡Salud, chaval! Ya tengo los vencejos dando vuelos por mi ventana... los veo mientras escribo esto. Nuestro proyecto de conservación y alimentación en casa de los vencejos que caen del nido, es también un proyecto científico... prueba-error... antaño se morían... hasta que se ha encontrado la alimentación adecuada. El pasado año salvamos más de 300 los voluntarios del proyecto vencejos... a ver este año.

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    2. Por alusiones y con vuestro permiso...
      En mi opinión, la ciencia no es poseedora de ninguna verdad absoluta. De hecho, el motor que la mueve es, precisamente, la duda. Incluso las respuestas que ofrece están sujetas a permanente revisión.
      El problema de nuestro tiempo es que buscamos la inmediatez en las respuestas y que estas se acomoden a nuestra visión. Si hay o no argumentos que las respalden es lo de menos siempre y cuando nos reafirmen.
      Terraplanismo, chemtrails, microchips en las vacunas, una tetera orbitando en el espacio... Qué más da si así obtengo las certezas que necesito.

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