21 días han pasado desde nuestra última visita a Sierra de las Nieves, pues la teníamos un poco olvidada y ha llegado la hora de retomarla por todas sus vertientes. Son muchísimos los recorridos que podemos hacer por este bello parque que está tardando en ser declarado Nacional.
Partimos del área recreativa Quejigales y comenzamos a ascender por el carril hasta el Puerto del mismo nombre, para adentrarnos en la solitaria senda y desdibujada, a veces, de la Cañada de las Ánimas, pues la del Cuerno, para nuestro gusto, y dado que conocemos bien la zona, está demasiado frecuentada. La cuesta de las Ánimas está cada vez más cerrada y difícil de transitar, pues los jóvenes brotes de pinsapo y los cadáveres de los que en poco tiempo han caído desplomados, están cerrando mucho el paso. Antes de llegar a la salida de la cañada, sale una senda a nuestra izquierda, que hay que conocer bien, pues pasa desapercibida ya que está aún menos transitada que la primera, y entramos por ella para ir rodeando Cerro Alto hacia el norte, hasta donde muere la trocha, y ahora tenemos unas vistas excepcionales de los sinclinales del Cerro de los Arcos (1342m), los cortijos del Taramal y La majada vieja, y las copas de los pinsapos bajo los cuales hemos estado caminando hace sólo un momento.
En esta zona ya no tenemos vereda, por lo tanto somos nosotros los que tenemos que decidir donde dar un giro brusco a la derecha y poner rumbo sur para buscar la solitaria cumbre de la montaña que nos atrae en esta ocasión. Una vez en la cota 1813 de nuestro primer objetivo tenemos la oportunidad de colaborar construyendo un enorme hito popular para marcar la cumbre de la segunda elevación del serrano parque de las Nieves, y sacar los prismáticos para contemplar el Pozo de Nieve, la antena de los Pilones, el Torrecilla, Alcazaba... y toda la meseta de Quejigales.
Fue impresionante vislumbrar la cantidad de gente que había en el frecuentado Cerro de la Plazoleta, y es que con sus 1919m, atrae mucho a muchos, y un 7 de enero es buen día para estrenar material de montaña, por todos los que todavía creen en los reyes magos.
Según dos planos topográficos, no estamos en Cerro Alto, pero sí que lo estamos si nos sumergimos en la literatura de Rafa Flores y Andrés Rodríguez, autores de la guía excursionista de la Sierra de Las Nieves y con la que hemos aprendido tanto sobre esta zona.
Tras el breve descanso, ponemos rumbo nordeste para transitar por el cordal que nos une al siguiente objetivo, La Torrecilla, que no sabemos porque, hoy le llaman Peñón de los Enamorados, aunque geomorfológicamente está más que claro que este maravilloso peñón calizo, tiene la forma de una torre.
Desde los 1777m de esta atalaya tenemos unas vistas impresionantes a diestro y siniestro, observando al NE el llano de la Gotera, con su solitario pinsapo, y nexo entre Enamorados y Peñilla; al ESE tenemos el cerro del Chaparral, al S el cerro de la Plazoleta, al SSW el cerro de la Alcazaba, y al NNW Sierra Blanquilla y el valle de Lifa, que se plantea desde aquí arriba como nuestra próxima visita al parque. Grabamos este corto video desde aquí.
Intercambiamos unos pareceres con otros transeúntes y nos bajamos hasta el histórico Camino de la Sierra de las Nieves, por el cual llegamos a la sima de Enamorados, junto a la cual nos dispusimos a rendir homenaje al cuerpo y cambiar de sitio los víveres que llevábamos en las mochilas... por supuesto calentamos el clásico Té, que tanto reconforta en altura.
El Quercus faginea durante el invierno está esquelético y fantasmagórico, pues ha perdido todo su follaje, aunque lo interesante de nuestra actividad es contemplar la naturaleza en todas las estaciones, y a pesar de estar en la época más fría, tuvimos un día que de no ser por el viento, hasta hubiésemos pasado calor.
La montaña pide agua con urgencia, los arroyos están secos, no hay frutos silvestres, el color general es el marrón, cuando debería estar todo blanco o, cuanto menos, verde.
Continuamos la marcha hacia el pozo de nieve que está cercano a Cerro alto, y tomamos la vereda NW buscando el pinsapar de Las Ánimas, y antes de meternos en él, giramos a la izquierda, por la vereda del 1500, que es un precioso y solitario camino, que une Las Ánimas con el carril de Pilones pasando por la Cañada del Cuerno y la Cañada de Enmedio.
Recomiendo enormemente transitar por este bello lugar, pues se trata de otra alternativa que también precisa del pisoteo humano para que no llegue a perderse en un futuro, y es que no se le da oportunidad a esta vía, pues subiendo por la cañada del Cuerno (sentido contrario al nuestro), pasa desapercibida, ya que han cerrado el paso acumulando ramas y piedras, para que no se vea...
Reivindicamos nuevamente los caminos históricos, igual que reivindicamos la buena música... y que sería de la música sin la radio, ¿verdad?, por eso, hoy no vamos a hablar de una canción, si no de todo un programa de radio que podemos escuchar de lunes a viernes, de 3 a 4 de la tarde en radio 3, por supuesto, y que este mes cumple 25 años: "Cuando los Elefantes Sueñan con la Música", con las palabras y las canciones de Carlos Galilea, al cual le damos las felicitaciones y las gracias por su trabajo, pero nosotros vamos a volver al camino, pues ya sólo nos queda llegar a la convergencia de nuestra senda con la vereda del pinsapar del Cuerno y unir este cruce con la aglomerada área recreativa de Quejigales, para recuperar el coche y dar por finalizada nuestra excursión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario