Y para esta ascensión empezamos desde el aparcamiento disponible en Saliencia. Hacía un par de días habíamos pasado por aquí, y la verdad es que Los Bígaros ofrecen una espectacular pared los mires por donde los vieres.
Son unas montañas que se alejan de los circuitos más “comerciales” de la comarca de Somiedo, y aunque el espacio está totalmente tapizado de verde brillante a mediados de julio, el feroz viento de esta jornada, marcó la incómoda diferencia entre esta zona y la “masificada” (digamos) Lagos de Saliencia. En realidad, de masificada, nada… pero comparado con la aplastante soledad del Cordal de la Mesa… sólo vimos, y muy de lejos, a tres personas, que al día siguiente supimos que eran vascos.
Nos gusta confundir al cuerpo… y cuando este pensaba que hoy sería una jornada de descanso: zas; le metemos a las rodillas una turra de mil metros de desnivel… o más… tampoco somos precisos con los datos técnicos. Por esto precisamente se caracteriza este blog; quien pretenda, que busque… que no se puede dar todo masticado. Masticado, masificado. Digamos… digo, sigamos.
Un camino que comienza paralelo a la capa de asfalto, hasta cruzarla y adentrarse con bastante decisión en un tupido bosque que no deja ver nada más que verde, y nos deja oírlo, olerlo, sentirlo… siempre infinito y placentero… y seguimos ascendiendo. Salimos de este espeso ecosistema en el cual no dejamos de escuchar al arrendajo… aunque no lo plasmamos en nuestra retina.
Alcanzamos un congosto espectacular, una brecha que el espacio-tiempo ha ido creando lentamente en la majestuosa montaña que nos ocupa. Ya hemos tomado bastante altitud… esa es la actitud.
Tras el espectacular estrechamiento, pasamos a disfrutar de una larga vaguada que va ascendiendo entre pasto y escobones, con las inclinadas laderas pretendidas, a nuestra diestra según vamos cruzando curvas de nivel en nuestro mapa mental. Esto nos lleva a una braña… la de la Mesa, como muchos caminos de esta comarca. Y si seguimos por esta cañada llegaremos al puerto de la Mesa. Hace mucho viento. Cruzamos el arroyo y emprendemos la ascensión propiamente dicha, hacia la arista cimera de los Bígaros.
Vamos a parar a comer algo, y después continuar a media ladera muy inclinada, y hacia la cumbre más septentrional de esta montaña, Peña la Ferrera. Ya estamos por encima de los 1800m, y continuamos como funambulistas, bastante despeinados por el viento, llegando a los 1900m en pocos pasos. Unos cernícalos vulgares (Falco tinnunculus) nos dieron motivo de distracción hace un rato, y no tardan en aparecer buitres leonados (Gyps fulvus) por encima de nuestras greñas. Las vistas de los Lagos de Saliencia desde esta cresta son increíbles.
Sobrevolamos el Lago del Chao, literalmente, hasta alcanzar la Pasada del Chao y la Pasada del Muñón unos metros más al sureste. La arista es infinita, y la cumbre del Muñón, ya se divisa, pero hay unos tramos de trepada con un viento feroz. ¿Saldremos volando de una vez por todas? Para más sorpresas, junto al Vértice Geodésico hay una sima infernal que tenemos que rodear como el que camina por el borde de una cazuela de barro de Pereruela. Si caes dentro, serás la comida de alguien que se siente, o se pose, en esa endemoniada cresta caliza. Por fin hemos alcanzado el hormigón.
Basura hay muy poca, pero un par de latas y algún envoltorio siempre se recoge de la montaña. En la playa ya nos hemos cansado de recoger… porque no tiene fin… sólo nos recompensa recoger materiales peligrosos, como artes de pesca (en verano rescatamos a una gaviota patiamarilla atravesada por un gran anzuelo) pero en la montaña, seguiremos con nuestra absurda protesta, sin sentido, de limpiarla; quizá tampoco deberíamos… pero por recoger 3 plastiquillos que te quepan en el bolsillo del pantalón, no nos vamos a morir… ya moriremos otro día, y que sea escuchando música.
Disponemos de una panorámica realmente increíble desde esta vertical atalaya. El feroz viento no impidió la realización de las fotos pertinentes para mandarlas a Luís, y que montase la panorámica. Quedó estupenda, así como la de los Albos, peña Canseco, el Molinón… vamos poco a poco abarcando toda la península. No te quedes sin mandar la tuya y formar parte de esta página tan montañera e interesante. Creo recordar que ya explicamos como se hace. Es muy fácil.
El viento no amainaba lo más mínimo, y empezamos a replegarnos de aquella endemoniada arista, buscando más abajo un lugar “cómodo” para comer. Lo hemos dicho varias veces, y es que nos gustan las rutas entretenidas, para que de tiempo a comer en la montaña. Se disfruta más que si terminas pronto y bajas a comer a un local. Los cernícalos seguían por allí a la hora de la comida, así que estuvimos otro buen rato observando como se ciernen… como luchan contra el viento y sacan a relucir su capacidad de permanecer estáticos. Son realmente increíbles. Son aves que lo mismo las ves en alta montaña, como en este caso, que en la bahía de Cádiz en bajamar, conviviendo con espátulas comunes y águilas pescadoras. Es realmente apasionante.
La bajada es algo más rápida, y con otras luces, para disfrutar de nuevo de ese congosto vertical de la Foz de Arroxu.
Nos gusta escribir y describir las caminatas, porque pasado un tiempo, es una forma de volver a ellas, de escucharlas, vivirlas, de recordar ese árbol, esa piedra, ese ave… porque una se acuerda de cada ave que vio, ¿o no?
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Camino agrícola paralelo a la carretera que sube a La Farrapona. Al fondo, los Bígaros. |
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Como vemos, el camino está señalizado. |
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El tupido bosque se atraviesa en una diagonal ascendente sin respiro alguno. |
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Saliendo del bosque, las luces deslumbran. |
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Un libro bien abierto. |
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Parafraseando a Barricada: No hay tregua. |
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En el congosto hacía un viento feroz. |
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En las campas, el viento no era de menor intensidad. |
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Fuera de camino. Se sube por intuición. |
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Vacas y collados. |
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Arribando por una bella portilla a la primera cima. |
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Y al fondo, el valle. Pero, no se vayan todavía, aún hay más. |
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Era peligrosísimo... podías perder la gorra. |
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Es muy guapa la cresta. |
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El lago del Chao. |
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La carretera, los lagos de Saliencia, los Albos... infinidad de aves: vencejos, aviones... |
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Cima y sima. |
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Un dibujo interesante en el VG. |
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La vista desde la arista es sensacional... inolvidable. |
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Los más pequeños, libando néctar. |
Buenas tardes Fran. Hablas de vascos... Pues mañana mismo, en la conmemoración del Día del Apaleamiento, voy a hacer una rutita con tres de ellos, a uno quizás lo conozcas, un tal Fernan... Están pasando unos días en Orpesa, y vamos a hacer una rutilla por la Serra d'Espadà.
ResponderEliminarVaya picacho guapo este Muñón, su geología es fascinante, la foto esa del libro abierto es guapísima. Pero con lo que he quedado flipado, o to loko, como dice la chavalada de hoy en día, ha sido con esa sima que hay al lado del vértice, un tropezón tonto mientras te haces la foto de cima y pasas a formar parte de la montaña ad eternum... En cierta manera me ha recordado a la sima que hay en la cima ¿o es la cima que hay en la sima 🤪? en la Maroma/Tejeda de Málaga.
Y otra vez no podía estar más de acuerdo con algunas afirmaciones que hace usted en estas líneas empezando por lo describir, a nuestra manera, nuestras caminatas, yo ya hace tiempo que lo hago a modo de bitácora (qué bonita palabra) personal, y con el paso del tiempo me gusta volver a visitar esas descripciones, para rememorar todas esas caminatas, creo que es la mejor manera de hacerlo, y por supuesto escuchando buena música. Últimamente escucho mucho, y veo sus vídeos, a los germanos Wucan, su cantante (vozarrón), flautista, guitarrista y thereminista, Francis Toboslki, es toda una chica terremoto. Volviendo a la bitácora, hace ya mucho tiempo que paso de publicar números, desniveles, etc, etc... El que los quiera y sea aficionado o dependiente de ellos que mastique y los busque, que hoy en día no es tan complicado encontrarlos. Fast food en mi bitácora no, gracias...
Un abrazo.
Dani, muchas gracias por tu contribución... el blog mejora cada vez que intervienes, ¿sabes?
EliminarA estos chicos de Wucan, no los conocía de nada. La chavala tiene una voz muy personal... me gusta mucho. Y unos riffs de guitarra muy guapos... también la linea de bajo, en lo poco que he escuchado, es penetrante, y muy presente. Hay bandas en las que el bajo pasa muy desapercibido... está ahí, pero con poco protagonismo... sin embargo estos alemanes no... ellos hacen que el bajista se note bastante. Me gustan.
Las cifras... los números... es verdad... eso, mejor para las pistas de atletismo. Hombre, tengamos presente que siempre es importante conocer ciertos datos en la montaña... pero es que desde que todo el mundo lleva un gps en la mano... o peor, en la muñeca, parece que lo único importante es la cifra. ¡Home, pordios! Si hasta el panfleto Guinnes de los records, le quiere quitar a Mr. Messner el record, porque dicen no se que de metro arriba, metro abajo... que si no pisó la cima, o no se que historias de vampiros burocráticos... ¡anda ya! Que se dediquen a lo que se han dedicado siempre: saber quien come más hamburguesas por minuto o investigar quien pasó más horas con los mismos zapatos puestos... y dejen el Alpinismo en paz.
Hubo un programa de Radio3, años ha, que se llamaba La Ciudad Invisible... y siempre comenzaba con la voz de Juan Suarez diciendo: Cuaderno de Bitácora... de la Ciudad Invisible... por cierto, hace como una década, Juan Suarez, en el programa En La Nube, entrevistó a Juanjo Garbizu... aquel programa no tuvo desperdicio.
Ya vi las fotos con los vascos... como sabes. Güena gente.
Oye, menos mal que ha llovido... pero menudo temporales que estamos teniendo. Espero que las ventiscas amainen un poco y salir el próximo sábado a la montaña.
Un abrazo, y es menester que nos volvamos a ver. ¡Salud, chavalote! Y recuerdos de Isabel.