En estos días, Led Zeppelin han
reeditado sus tres primeros discos, con nuevas mezclas que podrán gustar o no…
no creemos que sea cuestión de cuestionar… solo hay que abrir nuestros sentidos
y dejarnos llevar por la sintonía “Zeppeliana”, que seguro será de nuestro
agrado.
El domingo hizo un buen día para la
bicicleta y nos sumergimos de lleno en nuestra sierra para disfrutar del
trazado de la Vía Verde, que con sus 38 kilómetros de longitud, sus 30 túneles
y sus cinco estaciones, ofrece un recorrido muy atractivo que une Puerto
Serrano con Olvera en una jornada “disfrutona” y sencilla.
A las 8:20 comenzamos a pedalear en
la estación de Puerto Serrano, el mejor sitio para empezar, ya que superaremos
un desnivel de casi 400 metros positivos a la ida, y el regreso nos resultará
mucho más cómodo pues será en bajada.
La mayoría de los túneles están
iluminados, aunque no está de más llevar una lámpara que nos ayude en las zonas
de sombra y sobre todo para que nos vean otros ciclistas, ya que esta vía es
muy concurrida.
El primer tramo discurre junto al
río Guadalete, y a partir del kilómetro 26 (vamos en sentido decreciente) nos
recreamos con el Guadalporcún, además, podemos observar la encina más grande de
Andalucía, “El Chaparro de la Vega”, con solo desviarnos 600 metros de la vía,
antes de arribar a la estación de Coripe. En esta estación, en la de Olvera
(Km0) y en la de Puerto Serrano, tenemos restaurante a nuestra disposición,
aportando a nuestra ruta el toque gastronómico imprescindible, y de buen gusto.
El total fueron 77 kilómetros, de
terreno muy sencillo y muy atractivo, pues pasamos junto a la Reserva Natural
del Peñón de Zaframagón, donde están las buitreras más pobladas de nuestra
comunidad; viaductos, túneles, zonas de descanso, estaciones de tren reconvertidas,
fuente, lo que nos ayuda a no tener que ir cargados de agua… en fin, un lugar
para el disfrute, y además, apoyados por la Patrulla Verde, que acudirán a
nuestra ayuda con sólo una llamada, si tuviésemos una avería… y con vistas a
toda la sierra de Grazalema… ¡que más podemos decir!... ¡Viva Led Zeppelin!
Aquellos que practicamos la
filosofía Senkabiana, podemos opinar con conocimiento de causa sobre cual de
las actividades que llevamos a cabo nos parece más divertida, nos emociona más,
nos aporta mejores momentos… en fin, comparar, que aunque sea odioso… puede ser
divertido e interesante.
Vamos a comparar el kayak con la
bici, pues en ambos deportes necesitaremos un vehículo para poder practicarlo…
no como el montañismo, que solo precisa de nuestros pies.
Tanto el kayak como la bici son
modalidades de deslizamiento, por lo que evitamos lesiones típicas de los
deportes de impacto o contacto.
Son vehículos que nos llevarán a
conocer rincones cercanos que de otra manera, seguramente no exploraríamos.
Son elementos que se prestan al
contacto social y por lo tanto ayudan a las relaciones interpersonales.
Ambos necesitan un lugar de
almacenaje… pero está claro que la bici ofrece una gran ventaja sobre el kayak.
Ambos necesitan mantenimiento, y tiendas/talleres
de bicis hay en todas las esquinas, pero ¿Cuándo tengamos un problema con el
kayak a donde acudimos? En muchas zonas esto es un inconveniente.
En bici podremos salir pedaleando
desde casa; en kayak, probablemente no podamos salir remando desde casa. Por lo
tanto, en cuestiones de tiempo efectivo y economía de uso, la bici aventaja al
kayak por goleada (el fútbol aparece siempre en nuestras vidas), pues en tres
horas, pedaleamos tres horas, pero el kayak, según donde lo guardemos y lo
practiquemos, para palear 2 horas, necesitaremos más de cuatro, además de un
coche para transportarlo, con baca y la placa V20 si la embarcación sobresale
del auto, y hay que tener en cuenta que si el kayak sobresale más de un 15% del
largo total de nuestro coche, estaremos circulando expuestos a una posible
sanción e inmovilización del vehículo, y esto no es ninguna broma.
Una bici de montaña normal, puede
pesar entre 11 y 14 kilos, y es totalmente manejable por el ciclista… un kayak
normal podrá estar entre 24 y 30 kilos… y seguramente no pueda ser manejado
solo por el palista… en nuestros casos, necesitamos ayuda mutua para subir a la
baca y bajar de la estantería el kayak, así como para portearlo al agua… por lo
tanto, no podremos salir a navegar solos… el kayak es menos ergonómico.
Como subas el kayak a la baca sin
haberlo endulzado bien, estarás condenando la vida útil de tu preciado coche
por culpa de la preciada sal… a no ser que navegues en aguas dulces.
El kayak te permitirá arribar a ese
islote paradisíaco que está en mitad del pantano… la bici no.
La bici cabe dentro del coche sin
quitarle las ruedas… el kayak, en el 95% de los casos, NO.
El kayak necesita un cubre bañeras,
un chaleco, ropa y escarpines de neopreno, una pala de 220cms… y un sinfín de
indumentaria de seguridad: bomba de achique, un cabo de rescate, flotadores… la
ropita de ciclista me cabe en un cajón. Otra ventaja para la bici.
La distancia recorrida también ayuda
a despejar nuestra mente, pues el paisaje varía mucho, y aquí también aventaja
la bici al kayak… se suelen hacer como mínimo 45 kms en bici por unos 15 en
kayak.
Si no queremos salir solos, será
infinitamente más fácil buscar alguien para salir en bici que alguien para
salir en kayak… solo hay que acercarse a Ronda en mayo, para ver como en la
carrera de la Legión participan 3000
ciclistas. En todos los hogares de nuestra querida piel de toro, hay al menos
una bici.
La bicicleta es un eficaz medio de
transporte… incluso hay quien la usa para acudir al lugar donde guarda el
kayak.
Puedes viajar en tren con tu bici y
hacer el recorrido de vuelta pedaleando… no tendrás que pagar un plus por tu
montura.
Básicamente, estos son los aspectos
que pueden diferenciar una actividad de otra, subjetivamente (habrá mas), y
aunque recomendamos los dos, si hay que elegir, preferimos recomendar la bici…
por todo lo anteriormente expuesto.
Recuerda que tanto si sales en bici
como si lo haces en kayak, deberás respetar la normativa competente, ya sea en
materia de tráfico o de canales de navegación. En muchos embalses no está
permitido navegar, y puedes informarte en la Confederación Hidrográfica
correspondiente.
Deja siempre dicho a donde vas,
sobre todo si sales en kayak… en bici no es tan necesario pues siempre te vas a
encontrar a alguien.
Interesante comparativa del kayak con la bici. Yo tengo un kayak y tres bicis (una de montaña, una de carretera y otra con alforjas para ir a Sancti Petri a navegar con el kayak), si no tuviese más remedio que dejar alguna de estas aficiones ... sería una decisión difícil de tomar.
ResponderEliminarHola Coco, un saludo.
EliminarLa verdad es que son mundos tan distintos como similares, pues ambos los podemos considerar como el medio de transporte más básico de tracción humana... uno para mar y otro para tierra. Además, la pala se asemeja a un manillar de BTT, y en la bici también se rema (en las subidas).
Está claro que soportar la decisión de dejar uno de estos mundos, es difícil, si ambos practicas es porque ambos te gustan... pero la bici... es mucha bici... ¿cuantos Chiclaneros han ido a trabajar en bici, desde tiempos memorables?
Un abrazo, compañero... y espero coincidir en Bolonia otra vez.
Hey Fran, ya te iba a decir que cuando tengas un ratito dejame ya ver las fotos de la vía verde; je,je,je,je. Pero al final he terminado el próloguillo y llevas toda la razón con lo del kayak. Ultimamente me cuesta tirar a la playa con él (al río no, eh!)
ResponderEliminarUn saludo.
Ya se yo que a ti la corriente del río te arrastra siempre... pero no hacia el mar.
EliminarA mi tampoco me da pereza excesiva sacar el Dagger, pues se maneja muy bien, cabe dentro del coche, lo guardo en casa, y pierdes muy poco tiempo en prepararte. Pero el kayak de mar... cada vez me cuesta más sacarlo.
¿Nos vemos?. Un saludo, y que sea pronto.
Ya hacia tiempo que no me asomaba por aquí, y me ha sorprendido muy gratamente esa comparativa-reflexión sobre kayak-bici. No se quien escribe de los dos, o si sois los dos; lo que si se a ciencia cierta que hay gente que vive de eso y no lo hacen ni la mitad de bien. Unas fotos preciosas como siempre y una inmensa nostalgia por una via verde que tuve el placer de estrenar, sin tantas comodidades, pero igual de atractiva.
ResponderEliminarAhora ando trillándome la Sierra de la Nava Alta, domingo tras domingo, y estoy encontrando sitios muy interesantes que algún día espero poderos enseñar; aunque el principal encanto que tiene es la soledad, lo bueno de estos sitios, es que hasta que no llegas a la falda del Moncayo, raro es tropezarte con alguien.
Un fuerte abrazo para los dos.
Hola primo. Pues escribir, solemos hacerlo los dos, aunque esta entrada ha sido prácticamente de mi cosecha.
EliminarEl caso es que un vendedor siempre va a barrer para casa, y como nosotros no vivimos de esto, pues seguro que somos bastante más objetivos, aunque las opiniones puedan ser bastante subjetivas, de hecho, hablamos desde nuestra propia experiencia... todo esto es cierto, aunque seguro que hay algún purista en cualquiera de los dos campos que opinará que no.
Esta vía verde, no estoy seguro, pero puede que sea ejemplar. Mi hermano trabajó en ella hace años y arregló uno de los tramos.
En el Moncayo estuve hace mucho, con la BMW... y es una zona preciosa. Supongo que disfrutarás bastante del entorno.
Un abrazo, de ambos, para todos vosotros. Espero vernos pronto.