Se estrena año, y se refuerzan inquietudes... pero no cambian, pues la pasión por la montaña sigue vibrando a flor de piel.
Dijo Juanjo San Sebastián, que todas las cosas que nos hacen disfrutar en plenitud pueden hacernos sufrir enormemente... que no podemos pretender disfrutar sin estar dispuestos a sufrir proporcionalmente.
El último día del año 2024, lo despedimos, como no, escuchando música, de Roberto Iniesta, Robe, por supuesto... y caminando por la fría Sierra del Endrinal, ascendiendo a sus dos emblemáticas y sobresalientes cumbres calcáreas: Reloj y Simancón, a los que hemos ascendido unas cuarenta veces, más otras que los hemos rodeado.
Porque la montaña es imprescindible en nuestras vidas.
Se ilumina la Sierra del Pinar a nuestros pasos. |
Cumbre del Reloj, la cual desposeímos de telares innecesarios. |
Cumbre del Simancón, de 1564m, donde comimos acompañados de un acentor alpino. |