martes, 29 de diciembre de 2020

Otra circular al Caíllo, esa montaña de 1395m que reina sobre la Manga de Villaluenga.

Un domingo como otro cualquiera, día creado para el descanso del guerrero después de haber construido todo un mundo y haber batallado contra el mismísimo leviatán, que hoy día lo podríamos dibujar en forma de basura… basura creada por los seres humanos, abandonada a su suerte en cualquier rincón del planeta. El filósofo Hobbes escribiría en 1651 que nadie habría tan osado de despertar a este monstruo. También escribía que la experiencia se forma por la repetición de hechos, que van creando imágenes en la memoria. El ser humano parece carecer de esa memoria… y también parece haber despertado a Leviatán.

Recorrer esta Sierra de Grazalema es una manera de ir degustando esas huellas humanas… ese reguero de sangre que va derramando Leviatán por allá donde pase. Pero Leviatán no se va a desangrar para nuestro beneficio… ese rastro que va dejando sólo son semillas de muerte… nuestra propia destrucción.

A las ocho en punto de la mañana, íbamos por Benaocaz… no fue una conducción muy agradable, ya que al pasar por Arcos de la Frontera, el estado de la calzada y la señalización horizontal es tan deficitario, que entre la llovizna y la espesa niebla, la carretera, literalmente no se veía. A veces te dabas cuenta de que ibas por el carril contrario. Todo un grave peligro para la integridad de las personas.

A las 8:20 comenzamos a caminar desde Villaluenga del Rosario… lloviznando. La carretera que va en dirección al Puerto de los Alamillos, da pena verla, convertida en un rosario de latas y plásticos… ¿Tanto trabajo cuesta dejar la basura en el coche y sacarla al llegar al pueblo, o a casa? 

En el área recreativa de las Covezuelas no había ni un alma… como era de esperar. Cruzamos una vetusta y herrumbrosa cancela, y tomamos la cañada del Encinar y Pardeja, hacia la finca de los Navazos. El camino era, literalmente, un río.

Pasado el muro, hacia la zona baja, el Navazo Hondo, vemos una bañera vacía, sólo 2 cms de agua. En el interior había una salamandra. Estas bañeras son una trampa mortal para estos anfibios, ya que a veces tienen un sitio por donde acceder al borde con facilidad, y una vez que resbalan al interior, es imposible su escapatoria.

La salamandra es un animal imprescindible para el ecosistema, es anfibio, pero a diferencia del tritón no tiene desarrollada esas branquias que hacen posible que vivan en el agua. La salamandra se desarrolla fuera del agua, caminando por el entorno en busca de alimento, aunque a veces las veamos sumergidas en alguna charca, incluso en oquedades oscuras… o muerta al haberse metido en una lata o botella y haber quedado atrapada. Es fundamental, por nuestra parte, si pasamos por alguna de estas bañeras, que miremos a ver si ha caído alguna. No son peligrosas para nosotros, las podemos coger con las manos sin temor. Otra cosa que podemos hacer, es meter en la bañera algún palo o rama, de manera que si cae alguna accidentalmente, pueda trepar y volver a salir. Y por supuesto, no dejarles trampas. Las latas son trampas para ellas.

Navazo Hondo era un río… y el Alto, algo similar. El camino que los une, más de lo mismo… y la subida al Caíllo… otro riachuelo…. Afortunadamente.

Las nubes van y vienen… no sabríamos contar cuantas veces hemos caminado entre nubes por estas y otras montañas… siempre es igual de emocionante sentir el silencio de la niebla y las sorpresas que te van regalando esas nubes al desplazarse.

Alcanzamos la cumbre sin dificultad, y estando arriba llegó un grupo de cuatro personas con los que estuvimos hablando más adelante, ya que llevaban nuestro mismo camino. Los cuatro eran sordos, excepto la joven María José, que con sus aparatos, te escucha bastante bien. Hablamos de lo necesario que es salir a caminar por la montaña… compartimos afición. Alberto me dijo que también le gusta mucho el Simancón (Esta palabra costó entenderla, por ser un poco extraña), y me habló del robo de la cruz que vimos instalada en su cumbre en enero de 2019.

Ahora, imagina tener que hablar con estas personas con una mascarilla en la boca. Es imposible.

Y como Leviatán sigue haciendo de las suyas, porque el humano irracional lo ha despertado, sólo nos queda recordar esa maravillosa composición de los daneses Volbeat, llamada precisamente Leviathan. Estos tipos hacen una mezcla muy variada de estilos metaleros, pero con mucho swing. El vocalista y guitarrista, Michael Poulsen, posee un timbre bastante claro y aunque el estilo de la banda es contundente, gustan a un amplio abanico de personas. Nos sentimos muy cómodos con ellos… son muy recomendables.

Y por último, bajamos a Villaluenga por la directa y nos despedimos de los amigos sevillanos, que iban hasta Benaocaz. Es lo que tiene la Sierra del Caíllo, que es nexo de unión de dos culturas, o incluso más.






















3 comentarios:

  1. Cómo os gusta la montaña. Bonitas fotos. Curiosa explicación la del bicho. No la sabía. A mirar bañeras a partir de ahora, ja, ja, ja.

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  2. Feliz entrada de año para ambos, aunque suena a tópico, nos vemos pareja.

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    1. Salvador, igualmente, amigo. Muchas gracias por tu saludo. Espero que todos estéis bien tras el temporal que estamos sufriendo. Mucho ánimo a todos.

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