lunes, 20 de marzo de 2023

Desde Navezuelas al pico Villuercas, por la senda de Alfonso Onceno. Geoparque Villuercas-Ibores-Jara.

Este espacio natural, que comprende tres comarcas cacereñas, fue declarado Geoparque Mundial de la Unesco en 2015, dos años antes de nuestra primera visita al mismo. Es de los pocos geoparques de la península, y es de unas cualidades geológicas únicas en España. Aquí podremos contemplar unas sucesiones de valles sinclinales y anticlinales paralelos, de manual. Estos relieves, compuestos de cuarcitas armoricanas formadas en el ordovícico inferior, han sido nombrados como relieves Apalachenses, y son formas que no se dan en otras zonas de la península. Es uno de los motivos por el que nos gusta repetir visita a este increíble geoparque.

Como la vez anterior ascendimos a este pico desde Guadalupe, hoy lo hacemos desde una pequeña y muy acogedora población enclavada en el valle anticlinal del Almonte. Este anticlinal no es más que una megaestructura de plegamiento originada en la orogenia Hercínica. De esta manera, decimos adiós a futuras ascensiones al pico Villuercas, no por falta de atractivo, sino porque el Parque es mucho mayor y hay cantidad de geositios todavía por explorar, al fin y al cabo, la cumbre es lo menos importante en cuanto a biodiversidad, de todo un territorio, y ya la hemos ascendido por la sur y por el norte… y ambas caminando.

Este Geoparque no está exento de notas negras… aspectos negativos en cuanto a materialización de un proyecto de conservación real; y con esto nos referimos al hecho de haber asfaltado completamente la antigua carretera militar que llega hasta la cumbre para facilitar el acceso del turismo; por un lado… y por otro lado, a la permisividad de circulación de motos de enduro por senderos históricos, como la mencionada en el título, Ruta de Alfonso Onceno. No es de recibo permitir esas tropelías mecánicas por estrechos vericuetos de una diversidad geológica y biológica tan importante. Las huellas de tacos por encima de icnofósiles de más de 450 millones de años… es para estudiarlo, cuanto menos.

Pero bueno, nosotros arrancamos temprano… no eran las ocho y cuarto, y hacía una temperatura que ni llegaba a menos dos grados. Preguntamos a un paisano por el comienzo del camino… pues como otras veces, un error de desconexión del gps con el ordenador, hizo que se borrasen track y los 20 geocachés que llevaba. Así que… a ojo… y sin mapa. El hombre, más amable que la mar, nos acompañó hasta el comienzo del sendero, y eso que él no iba en esa dirección… él iba al consultorio médico, que estaba justo al lado de nuestro hotel. Por eso decimos: id a las Villuercas.

Otro paisano, con cubos llenos de comida para los cerdos, al comienzo de la vereda, nos saluda al paso, y nos explica porqué sale tanta agua de una tubería que hay frente a su parcela… agua limpia, potable… la que rebosa de los depósitos. Al poco de salir de Navezuelas, un martilleo ametrallador con caja de resonancia de madera irrumpe el silencio de la helada mañana… un árbol seco, muerto pero erguido intentando alcanzar el cielo, sonaba… un pico picapinos, negro, blanco y rojo, se agarraba a su vertical y grisácea madera mientras golpeaba con su poderoso pico emitiendo música ambiente. Ahí sacamos el prismático… y lo volvimos a guardar, si no, no avanzamos. El prismático, mejor dentro de la mochila, ya que los pájaros los carga el diablo.

Vamos avanzando en constante subida por un empedrado medio destrozado (las motos). El entorno es realmente bucólico y el silencio lo copa todo, pero de vez en cuando, algún petirrojo dice algo ininteligible. Y llegamos al collado de los Ajos… ¡que bien!, ya estamos a 1200m, y sólo quedan 400 de desnivel… pero el camino abandona el anticlinal del Almonte y se adentra en lo más profundo del sinclinal del Viejas-Torneros… hay que bajar hasta el fondo de este valle… ¡sorpresa! 

Al llegar al cauce paramos a calentar el estómago, que ya iba quedándose sin vida. Junto al agua se come mejor, pero no vuela ni un pájaro… la fauna se funde con el paisaje. Al continuar la marcha la cosa cambia y empezamos a ver actividad en el bosque… y poco a poco el arbolado deja paso al matorral de montaña: jara, brezo… y llegamos a la tediosa carretera cc-437. A partir del pozo de las nieves, todo es por asfalto.

Desde el pico Villuercas hay unas panorámicas excepcionales, aunque bastante desvirtuadas por las construcciones de la cumbre. Sólo nos queda disfrutarlas este frío día de finales de febrero, comprobar como desde aquí se ve la ciudad de Cáceres, y emprender la bajada por el camino directo a Navezuelas, pero antes, habremos de gestionar una serie de cachés geológicos, con los que hemos aprendido tanto en esta excursión… el Océano Reico, por ejemplo, cuyas arenas podemos tocar todavía hoy. Tan importante es esta cumbre que aquí se separan las aguas que van al Guadiana y al Tajo.

Bajando, nos acercamos al nacimiento del río Almonte, el más importante de esta comarca y uno de los más importantes afluentes del internacional río Tajo. Estamos sobre una enorme pedrera de cuarcita armoricana fracturada bajo la cual se escucha el agua del Almonte, que discurre sobre una placa de pizarra impenetrable; y ya sólo nos queda hablar sobre la última obra de los castellonenses Dry River, (por aquello en lo que este nacimiento se parece a un río seco) que con su rock progresivo en castellano, han rendido homenaje a uno de los grandes letristas del carnaval gaditano. Un profesor de filosofía muy querido en la ciudad de Cádiz, y que supo abrazar la ironía y la crítica directa a quienes hacen sufrir al pueblo, con letras y músicas carnavalescas de las mejores que hemos escuchado nunca. Desde luego, si alguien me pregunta alguna vez quien es el autor de carnaval que más me gusta, la respuesta sólo puede ser una… desde hace muchos años… desde aquellos Tintos de Verano… aquellas Ruinas Romanas de Cádiz… Dry River hacen honor a Juan Carlos Aragón en una canción que sólo podía tener un título: Capitán Veneno.


Por las calles de Navezuelas. 8:13.


Mural fosilizado.

Comienza camino de Alfonso Onceno.

Pico picapinos.

Los primeros haces de luz.

Empedrado destrozado.

Muy deteriorado el camino, por las motos.




Pedreras infinitas de cuarcitas.

Los relieves apalachenses.


Nieve en las zonas de sombre.

Cruzianas de manual.


Por el sinclinal del Viejas.

Parada a reponer.


El espectacular sinclinal del Viejas-Torneros.

Las arenas del océano Reico.

VG. Villuercas.

VG. Villuercas.


Nacimiento del río Almonte.

Cometa roja.

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