Esta apartada sierra, o mogote (elevación prominente y aislada del terreno), fuera de los límites del Parque Natural Sierra de Grazalema, se levanta completamente solitaria y rodeada de campiña hasta alcanzar los 1050m de altitud, y alberga una gran biodiversidad. Este mogote es mucho más conocido por sus posibilidades para el vuelo en parapente que para realizar caminatas, aunque los últimos años van corredores de montaña buscando la tranquilidad y el buen desnivel de estos vericuetos. También es conocida, aunque poco, por sus paredes para practicar escalada deportiva, y además en sombra. Pues aquí nos dirigimos el 1º de mayo, para reivindicar caminos.
Tras tomarnos un café en barra en el bar de La Muela, tiramos hacia arriba por la pista, que sube hasta la cumbre… y a las pistas de despegue. Dejamos el coche en un apartadero, y comenzamos a caminar. Se pasa junto a unas paredes donde hay escaladores: es el sector La Muela, y vemos aviones comunes criando. Poco más arriba se sale de la pista hacia un estrecho sendero que discurre por pedreras y bajo paredes… muy frondoso. Se le llama sendero de Los Nacimientos. Vimos parejas de chovas, de cernícalos vulgares, vimos currucas, petirrojos, mirlos, vencejos… es un sendero que discurre la mayor parte del tiempo en sombra y por curva de nivel, ascendiendo sin prisa. Vamos pasando espolones de caliza y barrancos abruptos, y todavía no nos ha dado el sol a las 11 de la mañana.
Bajo unas paredes donde se escucha y se ve unos cernícalos, paramos a tomar una fruta y un té, y observar un rato las aves. El sendero va ahora ganando altitud, con marcado rumbo noreste, que es la alineación de esta sierra, y bajo nosotros se intuyen las grandes paredes donde hacen cría los buitres leonados, incluso algún alimoche común (ese pequeño buitre blanco).
El contacto con la naturaleza es tan necesario como alimentarse bien. Los colegios deberían incluir pequeñas islas de naturaleza para las niñas (y niños), adaptando patios con huertos, grandes alcorques con arbolado, cajas nido para las aves urbanas… porque la opción de organizar salidas a la montaña no siempre es posible. Vivir en una ciudad, te obliga a hacer kilómetros y alejarte de esas islas de contaminación y calor… por ello es que nosotros siempre buscamos la montaña. Con los años se van apreciando otros aspectos de la misma, y no siempre el objetivo ha de ser ascender hasta la cumbre, de hecho, la cumbre es la menor proporción de una montaña… a veces ni siquiera supera unos metros cuadrados, mientras grandes hectáreas te rodean con bosque, pedreras, ríos y paredes.
Es necesario educarnos en el respeto hacia la montaña y hacia todo lo que alberga, y acudir a ella con mucha frecuencia.
La montaña enamora, y más cuando escuchamos y vemos los petirrojos y alguna curruca rodeados de algún tipo de jara. Y llegados a un punto, en solana, donde tenemos vista a Olvera y al peñón de Zaframagón, el sendero da un giro de 180º, ascendente, buscando el Cerro de la Cruz, de 950m; nos dirigimos a la cumbre, apartándonos por un momento del camino.
A partir de aquí, se baja, paralelo al camino de subida, hasta encontrarlo… a veces por sombra todavía. Hemos visto algunos buitres leonados, y pasamos una zona con unos plegamientos de libro y unas formaciones de agujas muy fotogénicas.
Encontramos bajo unas paredes, un hueso, y de inmediato Isabel dijo que se trataba de un hueso de buitre leonado, junto al camino, en una zona muy frondosa y bastante húmeda, y antes de conectar de nuevo con la pista ciclable que usan los parapentistas, bajo unos quejigos, paramos a comer, a la sombra… incluso pasamos frío.
Al alcanzar de nuevo el auto, no nos marchamos, si no que sacamos allí mismo el telescopio (nunca lo llevamos… pero hoy sí), y estuvimos oteando las lejanas paredes por las que habíamos pasado… y a parte de buitres, conseguimos avistar un águila calzada posada en aquella tapia caliza.
Una estupenda jornada de caminata y observación de aves, y hay que añadir, que por fin hemos tenido la oportunidad de ver en directo a Toundra, dentro de las actividades de los cursos de verano de la UCA, lo que conocemos como Campus Rock. La banda tiene un directo realmente demoledor… actúan sin micros, y son bastante reivindicativos, de hecho llevaban la bandera de Palestina en el escenario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario