miércoles, 6 de noviembre de 2024

Neila. Un Parque Natural imprescindible.

Y ascensión al Pico Campiña, de 2049m de altitud, al que también se le conoce, según hemos leído por ahí, como Mojón del Muelle. 

Este recorrido por el Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila, es un necesario complemento para conocer mejor el Sistema Ibérico, ya que hemos visitado la zona de los Picos de Urbión, que son vecinos en la distancia, y visibles el uno desde el otro. Además, estos Parques se tocan en un tramo.

El comienzo de ruta fue un poco desconcertante, pues no traíamos nada preparado. Fue dejar el coche quieto, ponernos las botas y buscar… vimos señal de un sendero que baja. Comenzamos bajando… mal asunto… más que nada porque siendo así, ¿para qué has subido tanto con el coche, quemando gasoil?

La bajada es espectacular… un bosque con mayúsculas, que nos condujo a una pista forestal… desde la cual podríamos haber comenzado habiendo dejado el coche más abajo. Ya era tarde. Y en la pista giramos a la izquierda… hacia la laguna de la Cascada y el refugio del mismo nombre, un poco deteriorado. El entorno es realmente bello y se respira tranquilidad, todo está verde… parece que el señor verano no hubiera pasado por aquí. 

Seguimos las marcas del sendero tras observar un poco en la laguna y acercarnos a la cueva de Los Potros. En esta laguna nace el río de Paúl Grande, que más abajo se une al Arcillar, y pasa por Neila., Llegamos a un cortafuegos, atravesando otra zona especialmente boscosa, y vemos que esta línea o franja cortafuegos, es linde del Parque. 

Lo tomamos (el cortafuegos) en sentido ascendente… en el sentido más estricto y ascendente de la palabra ascendente (no pienso disculpar la redundancia).

Por esta zona, la cantidad de carboneros garrapinos y trepadores azules que hay, no nos dejan ni un segundo de silencio. Muchísimo pajarillo. El cortafuegos te deja sin aliento… literalmente… pero traemos cafelito y plátanos para mitigar la fatiga. Y tras dar buena cuenta del pequeño almuerzo y firmar un geocaché (11 en total en esta ruta), seguimos ascendiendo en busca de la cuerda que recorre la zona alta de las lagunas. Esta zona se llama Los Tejos.

Vamos saliendo del bosque y en un enorme hito, donde se une el otro camino que viene directo desde la anterior laguna, ya se despeja el panorama visual. El sendero siempre es evidente, hay hitos, y de vez en cuando veremos una tablilla de dirección.

Los jóvenes pinos que pueblan la arista cimera, no nos impiden las vistas. A nuestra izquierda, la Laguna Negra y al fondo, Laguna Larga; topónimos muy recurrentes. A la diestra, la Sierra de Neila con el Alto de Haedillo. La arista se recorre con un marcado rumbo Norte-Sur, y cuanto más nos acercamos al Vértice Geodésico, menos arbustos nos rodean. Las formas del modelado glaciar de estas montañas son realmente descriptivas. La luz era muy buena, pues evolucionaron nubes de altura quitando sombras molestas. Hacía fresco, para ponerse chaqueta.

El circo glaciar es precioso, con las dos lagunas abajo. Desde el VG Campiña tuvimos un buen momento para acabar con las viandas y contemplar todo el paisaje con detenimiento… incluso para charlar con una pareja de valencianos que pasó. Ahora, escribiendo esto y tras el paso de la DANA que ha arrasado precisamente la zona del Turia, no nos queda más remedio que sentir tristeza y preocupación. Esperemos que estén bien. Han sido muchas vidas perdidas y un desastre sin precedentes, que se podría haber reducido si los planes de protección civil hubiesen funcionado tras conocerse la alerta de la AEMET. Ya no podemos hacer nada, sólo apelar al sentido común.

La bajada desde esta cumbre hasta el lugar de aparcamiento, es un suave paseo por el cual divisas las mencionadas lagunas a la izquierda, y laguna Brava y de las Pardillas a nuestra derecha. El topónimo de esta segunda laguna, nos recuerda a uno de los patos más bonitos que jamás hayamos visto, y que está en peligro crítico de extinción, y no es otro que la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris).

Bajando, ya con el coche, entramos en la necrópolis de Revenga, en la que hay datadas unas 140 tumbas antropomorfas de época medieval, encontrándose en un buen estado de conservación. También visitamos Regumiel de la Sierra a ver las icnitas, que son huellas fósiles de pisadas de dinosaurios. Es un registro fósil realmente impresionante, y está puesto en valor para que los conozcamos. Es de entrada libre y hay paneles informativos. Ambos enclaves nos venían al paso, y por último, subimos hasta Castroviejo, en Duruelo de la Sierra, donde veremos una especie de Ciudad Encantada, un laberinto de piedra, con una erosión caprichosa que ha formado unos paisajes dignos de visitar. Y es que nosotros, no bebemos cerveza tras la caminata… ese tiempo lo empleamos en conocer más rincones antes de retirarnos a descansar. El tiempo es oro… dicen… pero en realidad, tiene más valor aún.

“Juré no perder nunca la cabeza… no lo he cumplido, ten la certeza”. Robe. 






Laguna de la Cascada


Cueva de los Potros

Cortafuegos

El desprendimiento que se veía desde la laguna

Saliendo del bosque

Laberinto pétreo

Gran hito donde confluyen la senda de los Tejos y la de la Cascada

Laguna Negra. ¿Te imaginas que fuera posible otra vida?

Alcanzando la cuerda. ¿Que hubiera alternativa a esta deriva?



Balcón a las dos lagunas.

Negra y Larga. 


VG Campiña. No se puede ser joven sin estar en conflicto.

Ambas lagunas desde el pico Campiña.

Laguna Brava

Laguna de las Pardillas


sábado, 26 de octubre de 2024

Cañón del Río Lobos, Soria.

Un enclave que no podíamos dejar escapar, pues la meteorología acompañaba, y estamos hospedados muy cerca. A menos de una hora de coche, despacio para disfrutar del entorno, entramos por la carretera que desde San Leonardo de Yagüe, nos conduce al Puente de los Siete Ojos. Aquí encontramos un área recreativa donde aparcar, y decidimos sobre la marcha, tomar el cauce del río hacia el norte.

Esta parte del cañón, suponemos que es la menos frecuentada, ya que no va hacia la ermita de San Bartolomé. El caso es que salían menos kilómetros de coche que si llegábamos hasta Ucero, y desde aquí, se puede elegir rumbo… estamos a la mitad, más o menos.

El paisaje es angosto, rodeado de grandes paredes de caliza donde viven buitres leonados y aviones rupestres, entre otras especies, por lo tanto, si se camina en silencio los podremos disfrutar de cerca, aunque en algún tramo del cañón, se llega a los 200m de encajamiento, y ellos de posan bien altos.

El Cañón del río Lobos, está declarado Parque Natural, y describe de forma sinuosa, un recorrido de unos 26 kilómetros, lo que lo convierte en uno de los más espectaculares de España, según algunas publicaciones de las que no vamos a dar referencias, ya que estas especies de competiciones geológicas tampoco nos agradan demasiado. Para nosotros es un cañón espectacular, sin comparaciones.

A veces se camina, incluso se cruza, por el mismo cauce, que en la mayoría del recorrido es una gran gravera, por lo tanto, en época de lluvias, habrá que extremar las precauciones… obviamente, si llegas al Puente de los Siete Ojos, y hay torrente… no te metas en el cañón.

En esta zona crecen bastantes endrinos (Prunus spinosa)… y eso nos dio bastante juego… entre los que comimos y los que nos llevamos; no es necesario decir nada más. Estos cañones en otoño deben exponer al caminante un diverso colorido, pero ahora disfrutamos del verdor estival.

Vimos un ciervo y varios carboneros garrapinos, y la variedad de mariposas, también fue muy agradable. Además, colirrojos tizones y lavanderas blancas son aves fáciles de ver e identificar.

Hay una fuente de la cual poder repostar agua, y junto a ella, un banco. Como el recorrido es de ida y vuelta, si no vamos a hacer mucha distancia, casi no hace falta ni llevar mochila. El recorrido está jalonado con sus correspondientes mojones kilométricos… todo un detalle.

Recomendamos fehacientemente esta opción de caminata, que lejos de ser un reto o una paliza, nos reconfortará lo suficiente entre dos días de jornadas más exigentes, por ejemplo. Y como a parte de recomendar recorridos o paisajes, nos gusta recomendar paisajes sonoros, hoy nos centramos en la banda de death metal sueca Arch Enemy. Esta gente nos ofrece una música distinta, pues a la contundencia de la batería y línea de bajo, acompañan unas melodías de guitarras muy fáciles de digerir, aunque no te gusten demasiado esos estilos, que a mi, me encantan, por cierto. Además, la voz gutural de la cantante (canadiense), Alissa, no te va a dejar indiferente, desde luego. La muchacha, de 39 años, tiene una potencia vocal increíble, tanto en su voz natural, de mezzosoprano lírica, como en esa contundente voz típica del más puro Death Metal. Échales un tiento, si no los conoces ya. Estas cositas, y otras joyas, las conocemos de la mano de El Vuelo del Fénix, el programa del grazalemeño Juanma Sánchez Coronas… un programa (de los pocos) imprescindible, de Radio 3.

Y de vuelta, también aconsejamos subir al Castillo de San Leonardo de Yagüe, considerado BIC e inscrito en la Lista Roja de elementos patrimoniales en peligro. Es una construcción típica militar, de época renacentista y abaluartada. Este castillo está en la ruina más absoluta, abandonado y expoliado durante dos siglos, de hecho, parte de su sillería se reutilizó en algunas construcciones locales. Alguna pieza interesante que ha aparecido, están ahora expuestas en el Museo Numantino de Soria, el cual, por supuesto, también recomendamos.


No necesita presentación.

Comenzamos junto al cauce.





A la derecha se ve el ciervo.









Fortaleza abaluartada de San Leonardo de Yagüe.



sábado, 12 de octubre de 2024

Ascensión a los Picos de Urbión (2228m), donde nace el Duero.

Malum consilium est, quod mutari non potest. (Mal plan es aquel que no puede modificarse). Publio.

Texto extraído del título: Dale una vuelta a tu mundo, de Álvaro Neil (Biciclown). Porque si hay alguien de quien puedes fiarte, es de montañeros y de ciclistas.

Pues se da nuestra segunda ascensión a esta estupenda cumbre rodeada de lagunas glaciares y donde nace, como hemos dicho, uno de los ríos más importantes de la península ibérica.

Esta caminata fue una grata sorpresa… un brusco cambio de rumbo tras un intento de ir a Pirineos, y que las tormentas no nos dejaron fructificar. Por eso, aunque no teníamos plan B… nos lo inventamos por el camino, pasado ya Tarazona, camino de Neouville… nos dimos la vuelta buscando Soria, mientras escuchábamos en la radio los estragos de las tormentas de estos días… y viendo las previsiones que venían.

Hubo una primera vez en Urbión en julio de 2013, y llovió y tronó como nunca… pero esta vez fue otra cosa… un disfrute para los sentidos… una geología que se dejó acariciar sin prisas, y una avifauna más comprendida y fácil de identificar. Y todo esto, un lunes 9 de septiembre, pues el domingo hubo un campeonato del mundo de ultra trail… y preferimos no participar y recrearnos en Numantia y el arqueológico de Soria… entre otras delicatessen arquitectónicas de la capital. Vaya ciudad bonita, dicho sea de paso… y cuanta poesía se respira en sus calles y callejas.

Pues no serían ni las ocho de la mañana, y ya estábamos contemplando una lavandera cascadeña en las orillas de la preciosa Laguna Negra, a la cual ya dedicó sus pensamientos Antonio Machado. Continuamos.

La preciosa canal por la cual se asciende y se sale de este agujero de origen glaciar, está fresca y se sube muy cómodo, hasta llegar al altiplano por el cual continuamos, contemplando carboneros garrapinos y una laguna llamada Larga, de origen glaciar, y desde donde se derrama el río Revinuesa. Recordamos que este enclave que disfrutamos se cataloga bajo el nombre de Parque Natural de la Laguna Negra y Circos Glaciares de Urbión.

Las vistas se describen solas. Seguimos escuchando pajarillos, como el tizón de cola roja, entre otros. Continuamos, y vemos volar un par de buitres leonados (Gyps fulvus)… y un quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)… ea… pues ya nos podemos ir a dormir… pero antes, continuemos.

Aviones comunes en las paredes por las que el camino pasa rozando, dejando una amplitud visual bastante buena a nuestra diestra… y al fondo, ya se atisba el objetivo de la mañana, con esa enorme piedra de silueta paquidérmica, y que una década atrás nos sirviera de recurso para capear aquella efímera tormenta que todavía retumba en nuestras cabezas. Las tierras rojizas de estas laderas dan un aspecto muy interesante a la caminata. Vemos muy poco personal… pero no creas… aquí sube bastante gente.

Tomamos café y fruta fresca bajo la panza de ese elefante pétreo de millones de años, y repusimos el extraviado geocaché de Urbión. Nos acercamos a la cumbre y parloteamos con unos vascos muy salaos. Menudas vistas tienen estos picos.

Tras recoger de la cruz un par de exvotos que me pueden ser de utilidad, fuimos vaguada abajo a buscar el nacimiento de un río que dicen que desemboca en Oporto, y donde un fin de año de hace 6, vimos un concierto de Pedro Abrunhosa & Comité Caviar, que todavía recordamos con gratitud. Te vimos aportar al mar, y de nuevo te vemos nacer… robándote un poco de tu ser, que nos traemos en nuestros cuerpos. Qué sería de nosotros sin el Duero… y sin agua.

La montaña estaba bastante fresca, y es que unos días atrás había llovido algo, de hecho, vimos el Duero bastante marrón al paso por algunas poblaciones, como San Esteban de Gormaz.

El nacimiento del Duero es un lugar de obligada visita para cualquier habitante de la península ibérica, y al que Gerardo Diego le dedicó alguna de sus letras. Desde aquí subimos de nuevo por una ladera, sin camino, con rumbo SE, para alcanzar la cuerda que separa la vertiente del Duero y la del Revinuesa, y desde la cual se observa en planta la preciosa Laguna Larga. Alcanzada la cúspide de esta loma, paramos a comer, contemplando el mundo que nos rodea. Un mundo lleno de odio y de ira… de ambición por encima de la humanidad. Un mundo negro. Un mundo en el cual no cabe la dulzura ni la poesía. Un mundo nefasto de pocas esperanzas de supervivencia. Un mundo rodeado de lagunas glaciares… de aves… de música… de retos deportivos… de caminatas y de aire puro. Un mundo en el que debería caber todo… menos la maldad.

Desde lo alto de este mundo enrarecido, y con los estómagos llenos de salud, apuntamos nuestros pasos hacia la Laguna Helada, que forma el tercer vértice del triángulo de lagunas que hemos recorrido hoy.

Bajando, vimos collalbas grises, de todos los colores, persiguiéndonos y posando para nuestros agradecidos ojos. Desde el collado de esta pequeña sierra, llamada del Mojón Alto, ya se aprecia casi todo el recorrido que nos espera hasta Laguna Negra, y por donde seguimos caminando y observando alguna lagartija que se asoleaba aprovechando el día.

Laguna Negra.

La lavandera cascadeña, está por ahí.

Echando una foto desde el filo.

Esta foto.

Laguna Negra desde arriba.

Acantilados perfectos.


Por aquí se vieron carboneros garrapinos.


Y por aquí, un quebrantahuesos.

Y aquí vimos hitos.

Y la laguna Larga.


Los Picos de Urbión, arriba.

Un camino precioso.

Un valle glaciar de manual.

Tramo final de ascensión.

La piedra perfecta.

Donde nos refugiamos hace 11 años de la tormenta.


Y por fin la ansiada cumbre. Demostración de fuerza.

Laguna glaciar de Urbión.

El mundo desde Urbión.

Paso medidor del límite de engorde. Si no pasas: dieta.

Señalando algo... o simple postureo, que queda guapo.

La otra cumbre... por aquello de "picos" de Urbión.

Tras ver el nacimiento, iremos a la cumbre del fondo. A conquistarla.

¡Qué pasada! Qué sitio más guapo.

Poesía de Gerardo Diego.

¿Notarían en Oporto que robé un poco de agua?


A por otra cumbre. Cuerda del Mojón Alto.


Conquistada por un momento... el momento de yantar. 

Hay que dar tributo al queso de oveja y el embutido extremeño.


La collalba gris.

Lagartija roquera (Podarcis muralis)

Laguna helada.