miércoles, 19 de mayo de 2021

Yunquera, el paraíso del pinsapo.

Ha pasado casi un año desde la última vez que fuimos a Yunquera, y de esa, hacía seis meses que no pasábamos por allí, camino de Tolox a recoger un premio por haber participado en un concurso de fotografía. Nos hizo mucha ilusión ver nuestra foto en el calendario de 2020 del Parque.

Pero hacía tres años y medio que no pasábamos por la cañada de la Perra y el Tajo de la Caína. ¡Como diablos corre el tiempo! Algún día pasaremos la última hoja de nuestro calendario… y como no sabemos cual será, más nos vale disfrutar más del tiempo libre y añorar menos la libertad. Ten un propósito.

Tras hacer unas compras en El Burgo (la cajera se alegra siempre de vernos, pues le vaciamos la estantería del aceite virgen extra), apuntamos el morro hacia el mirador del Caucón, donde sólo había dos vehículos aparcados.

Nos metimos de lleno en el Pinsapar de Yunquera, y disfrutamos mucho hasta el maravilloso corte vertical anaranjado y negro que se hace llamar Tajo de la Caína.

Aquí, nos fuimos hacia la parte alta de los mencionados acantilados, serpenteando por un camino muy marcado y solitario, al mismo tiempo, hasta que se alcanza una era, en un alto. El pinsapar de la cañada de la Perra está espectacular.

No teníamos ganas de darnos una paliza, así que dejamos las mochilas junto al Pinsapo de la Falsa Gotera, o también conocido como Falso Pinsapo, y ascendimos a unas oquedades que se vislumbran desde el Peñón de Enamorados, y que como no cogen al paso de nada, nunca se visitan. Sólo las ovejas la toman como su patria.

Estos abrigos son maravillosos para los animales. Luego bajamos a por agua… o fue al revés, primero el agua y después el abrigo… a saber.

No había absolutamente nadie por la sierra… y ya tarde, pasaron 3 chavales rumbo al Peñón de Enamorados. La temperatura empezó a bajar rápido, aunque a decir verdad, frío hizo todo el día… fue un 1º de Mayo bastante fresco y agradable. Hace años que cambiamos las aglomeraciones de este señalado día por la tranquilidad de la montaña en plena primavera. Era una cita ineludible con Sierra de las Nieves, por encima de cualquier tipo de protesta… había que volver, a toda costa, a sentir la presencia de los pinsapos, tras tantos meses de castigo.

Volver… así se titula el último trabajo presentado por nuestro querido Ángel Stanich, que como siempre, derrocha buenas palabras y una increíble presencia musical. Habrá que verlo de nuevo.

4 grados de temperatura y no eran ni las 21:30… silencio absoluto… los gritos de un zorro no se a que hora de la noche… y 1,5 grados a las siete de la mañana. Una noche perfecta de montaña… comodidad, confortabilidad, y buena comida para cenar y desayunar.

Desayunar viendo amanecer dentro de la tienda se ha convertido en una rutina de fin de semana en los últimos dos meses. Pocos momentos hay más agradables que ese. La paz interior que proporciona, hace que te olvides de las cosas que pasan por otras partes del mundo, aunque sea un instante… ese instante es lo que hay que buscar constantemente, si no, acabarías suicidándote, a no ser que esa “preocupación” por lo ajeno sólo sea tu negocio o una manera de intentar propagar el mal.























2 comentarios:

  1. Impresionante como siempre Sierra de las Nieves. Buena crónica, grandes fotos y como echo yo de menos esas pernoctaciones...

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    1. Gracias, Salvador. Este año nos hemos desquitado de las pocas oportunidades que tuvimos el pasado de poder dormir en la montaña. Vamos mejorando poco a poco los materiales, cada vez más ligeros, y ya no nos cuesta tanto hacer la mochila y ponernos a caminar.
      Ya mismo es Parque Nacional esta zona... y eso hay que celebrarlo. Esta ha sido la cuarta noche, en sábados consecutivos... y ya van 6.
      Entre eso, la colaboración con Horizontes Ibéricos, la limpieza de fuentes, y el geocaching... estamos distraídos.
      Un abrazo, y a seguir con los techos, que te queda poco.

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