sábado, 5 de abril de 2025

GR131 Ruta de los Volcanes. La Palma.

Hemos volado a la isla de La Palma para caminar, para observar, para aprender, para comer de lo lindo, para culturizarnos… sólo conocemos tres islas del archipiélago Canario, y La Palma se lleva el galardón de la más atractiva de las tres. Es una isla pequeña con una altitud máxima en el Roque de los Muchachos, de 2426m, lo que significa que es muy escarpada y que los senderos son bastante agotadores. Esa verticalidad es la que confiere a La Palma su singular climatología y que albergue ecosistemas únicos como los bosques de laurisilva, o el imponente pino canario, que resiste el fuego como si de un alcornoque se tratara… contra todo pronóstico.

El Pinus canariensis tiene además la singularidad de desarrollar tres acículas por cada braquiblasto, y tiene unas piñas alargadas y ovoideocónicas de tamaño mediano. En esta ruta se disfruta de un buen número de ejemplares de porte realmente majestuoso. Mucha precaución los días de fuertes vientos, porque la caída de una de estas piñas verdes en nuestra cabeza, puede mandarnos directamente para abajo. No reparamos casi nunca en esas precauciones… pero llevar siempre un casco en la mochila, no es nada descabellado… peor es quedar despeinado.

Pues vamos a la ruta. Esta caminata es parte del GR131, que sale desde el puerto de Tazacorte, junto a Llanos de Aridane, ascendiendo hasta el Roque de los Muchachos, y recorre toda la Caldera de Taburiente en círculo, bajando desde la Punta de los Roques hasta el faro de Fuencaliente trazando una línea casi recta que divide la isla de oriente a occidente y con un rumbo, desde el Pico de las Ovejas, marcadamente de norte a sur. El sendero se llama El Bastón, y realmente no sabríamos decir el motivo, pero intuyo que es por la forma del dibujo en el mapa.

Para que nos hagamos una idea, desde el puerto de Tazacorte (0 m) al Roque de los Muchachos (2426m) hay sólo 17 kms. Es por ello que no debemos subestimar la isla de La Palma, pues aquí se dan desniveles que superan a muchas rutas pirenaicas, y no hablemos de Sierra Nevada, que aunque sean “tresmiles”, subimos en coche hasta los 2500m. Al Roque de los Muchachos se puede subir en coche, o en bici… desde Santa Cruz de la Palma… lo que supondría con toda seguridad, el puerto de montaña con mayor desnivel de Europa (considerando que las islas son españolas, políticamente).

Para planificar la ruta (al día siguiente de llegar a la isla), ese día no alquilamos coche, pues usaríamos un servicio de taxi que nos llevase desde Santa Cruz hasta  El Pilar (zona recreativa con diversos usos, entre ellos, refugio). Al llegar al apartamento La Fuente, el cual recomendamos, se lo comentamos al propietario, y resultó que una pareja de chicos alemanes que estaban en las habitaciones de arriba, pretendían hacer lo mismo. Nos puso en contacto con ellos (Daniel y Marcé) y compartimos taxi y ruta. El conductor, Oscar, nos cobró sólo 36€ por la carrera (nunca mejor dicho).

Antes de las 10 de la mañana estábamos caminando siguiendo, entre la niebla, las indicaciones que te llevan hasta Los Canarios. Todo esto es el Parque Natural de Cumbre Vieja… os sonará este topónimo pues estuvo saliendo mucho en la tele en 2021. Pasamos cerca del pico Birigoyo, un volcán de 1809m que pertenece a la dorsal volcánica de Cumbre Vieja, estando situado en su extremo más septentrional. Casi llegamos a la cumbre; había que desviarse de la ruta de los Volcanes, y al alcanzar el primer hito, entre la niebla, Daniel sentía vértigo. Nos esperó. Seguimos un poco y ahora el camino bajaba y rodeaba todo el cráter. Un geocaché esperaba junto a la cima… pero dimos la vuelta, porque no era plan de dejar a Daniel tanto tiempo esperando… y la nube no nos dejaba ver nada, de todas formas.

Al cabo de un rato, tras una parada cafetera, veíamos mucha ceniza volcánica por el pinar. Yo estaba un poco perdido con la niebla, la verdad, y hasta bien abajo, que saqué el plano, no me di cuenta de que aquella zona era la afectada por las cenizas del nuevo volcán, el Tajogaite (2021). Una gran masa de pinar se vio afectada por aquella erupción que duró tres meses, y que tal como empezó, se apagó. La Palma es la isla más activa, de hecho, desde 1949 del San Juan, a 1971 del Teneguía y ahora el Tajogaite, no ha pasado tanto tiempo. 

Obviamos el pico Nambroque, de 1921m , que quedaba a nuestra izquierda, por no perder más tiempo, y ahora sí que hubiera merecido la pena acercarse, pues estaba más cerca del camino y despejado.

Tras el Nambroque, viene el cráter del Hoyo Negro, que es sobrecogedor, y seguidamente una bajada por la cresta del volcán Duraznero (el día anterior comimos en La Lonja, bastante caro para lo que sirven, te quedas con hambre o te gastas el presupuesto de la semana en una sentada, y tomamos vino Durazno). 

El volcán San Juan queda a nuestra derecha… el juego de nubes permite a ratos ver lo que se cuece a nuestros alrededores. Vimos bastantes chovas piquirrojas, o grajas.

Nos cruzamos con un PR que a la izquierda baja a Tigalate y a la derecha a Jedey… sí, también hay sendas que cruzan la isla de oriente a occidente.

Esta zona es preciosa, por los contrastes de color del pino canario y el suelo volcánico completamente negro, salpicado de bombas, de malpaíses y de pahoehoe, un tipo de lava basáltica con un nombre muy hawaiano, y otras zonas más rojizas del mismo tipo de lava.

El paso por el volcán La Deseada, se nota por la presencia de un vértice geodésico junto al camino, al cual subí para hacer una panorámica desde estos 1934m que me avalan. Al poco de esto, paramos a dar buena cuenta de las provisiones, junto a nuestros amigos germanos, y algún cuervo canario curioso.

Poco antes de llegar al volcán Martín, considerado de los más bellos por sus tonos rojizos, del año 1646 y ya en el extremo meridional de Cumbre Vieja, avistamos un pequeño bando de vencejo unicolor. Era la primera vez que veíamos este ave, ya que por la península, que yo sepa, no se le llega a ver.

Otro ave singular es el cuervo canario (Corvus corax canariensis), que acompaña a ratos con su vuelo y sus miradas… hasta llegar al punto de posarse frente a ti, mirarte, y llegar a cogerte el dedo con el pico en señal de amistad. Hacen cualquier cosa por conseguir un poco de comida. No son en absoluto agresivos, todo lo contrario. Nosotros no le dimos nada… no somos partidarios de alimentar otro ave que no sea el vencejo.

A partir del volcán Martín, la bajada es potente… hay que llegar a la población de Los Canarios, de 670m de altitud, y veníamos de estar a 1800m hace un rato. Ves el mar… pero lo ves como si estuvieras en un avión… no te dejes engañar.

Entramos ahora en un agradable bosque de pino canario con bastante matorral y un camino escalonado que ya se va haciendo pesado, pues la caminata supera los 19km. Por esta zona boscosa, vimos de nuevo un bando, de unos veinte vencejos unicolor. Esta vez pasaron muy cerca de nosotros, y fue un momento muy satisfactorio. Son algo más rápidos de movimientos que el vencejo común, que es el que conocemos, pues el unicolor tiene un tamaño algo menor. En vuelo no puedes determinar el tamaño, pero se aprende a valorar la envergadura en función de cómo se mueve. Recuerdo un caso en el que vimos 3 “garcetas comunes” mientras hacíamos el censo de espátula. Se iban a apuntar como tal, pero me fijé bien en el aleteo y dije que eso no eran comunes, si no garceta grande. Luego se corroboró que eran garceta grande con la foto que le hizo una compañera del censo. A mi me enseñó Manuel Morales, de Birding Tarifa, que para identificar un ave hay que fijarse en todo… el patrón de plumaje, en el color, en como se mueve, en como aletea, en los giros, en el canto o sonido que emita… en el pico… Aprender sobre aves previene el Alzheimer, porque se tiene que hacer trabajar el cerebro con la vista, el oído, y compararlo con la lectura de la guía de aves. Es buen ejercicio. 

Otra manera de prevenir el Alzheimer es la música. Conocer nuevas bandas aumenta no sólo nuestra cultura musical si no nuestro desarrollo cognitivo. Bueno, y si aprendemos a tocar un instrumento… ya es otro nivel. Por ahora, vamos a escuchar a Catalina Grande Piñón Pequeño, que tiene unas letras muy difíciles de cantar, pero con un mensaje buenísimo y muy crítico. Son irónicos a tope y muy cultos, pues estuvieron en El Vuelo del Fénix en una entrevista y nos dejaron muy sorprendidos por su calidad humana y musical. Es un rock potente con mucho verso, muy rapeado… y se atreven con todo, desde flamenco hasta ópera… una combinación que va a abarcar a mucho público… de hecho, dijo Juanma Sánchez que va a ser difícil verlos en directo porque lo tienen casi todo vendido. Y puestos a recomendar una de las canciones: Lorenzo Lamas.

Ya nos quedaba poco para terminar la Ruta de los Volcanes, porque habíamos cruzado una carretera que viene de un depósito de aguas, y empezamos a ver la población bastante cerca. Nos hicimos una foto los cuatro junto al monumento a los caminantes, y nos dirigimos a la parada de la guagua para volver a Santa Cruz por un precio de 2,60€ por cabeza para un trayecto de 26km y 40min. ¡No está nada mal! Y prácticamente sólo había alemanes en la parada.

En el área recreativa El Pilar comienza todo.

De los juegos de la niebla no vamos a decir nada.

Daniel y Marcé, cuya compañía nos agradó bastante. Primer hito del Birigoyo.

De nuevo en la ruta de los Volcanes.

Esa ceniza reciente es del volcán Tajogaite. ¡Cómo ha cambiado todo!

A esta zona no llegó la ceniza.

Los caminos de lava se erosionan mucho con el pisoteo.

Este es el cráter del Hoyo Negro.

Ese tronco no está muerto... está vigilante.

El cráter de La Deseada.

Oteando unas chovas piquirrojas con la emoción del primer día de pajareo.

Unos contrastes de colores realmente bellos.

Las capas de lava de La Deseada.

A pesar de la dureza, la vida intenta buscar un sitio.

La arboleda va captando humedad, y el aumento de masa es logarítmico.

Sales del bosque al negro a cada rato.

No hay mejor forma de sujetar laderas que con raíces.

Al fondo, el Roque de los Muchachos.

VG La Deseada. Como un loco, atraído por el poste.

Con este panorama podría uno pensar que es humo, ¿Verdad?

Y el Volcán Martín.


Dejando atrás el Martín.

El Corvus corax canariensis, tan confiado.

Y además indicándonos el rumbo. No se equivocó.

Ejemplares de pino realmente bellos.

Al fondo, el mar.

La población de Los Canarios, donde tomamos la guagua, o el bus.

Foto Finish de los cinco. Faltó el cuervo.


3 comentarios:

  1. Buenas capturas hiciste de esos primos canarios de los hermanos Chris y Rich Robinson 😉.

    Fran e Isabel, he leído estas líneas con mucha alegría y también un poco de nostalgia, pues La Palma fue una isla que conquistó una parte muy grande de mi corazón. En septiembre se cumplirán siete años de nuestra visita, el tiempo pasa muy deprisa, tanto como esas nubes, que arrastradas por los vientos alisios, cubren la isla en una abrir y cerrar de ojos. Y es que muchas de las experiencias que vivimos esos ocho días las he visto reflejadas en este relato vuestro... Y es que más allá de las excelencias naturales y geológicas fueron otras muchas cosas las que nos llevamos de vuelta a la Península... Los frecuentes mares de nubes en los que flotaba la isla; ver el Teide todas las mañanas mientras desayunábamos; los descarados lagartos tizones, que nada más sacabas comida acudían a decenas; la resistencia del pino canario; la historia de los guanches; los petroglifos; la temeridad de alguno de los taxistas; la laurisilva; los delfines que saltaban junto a nosotros, en la ruta en barco que hicimos el primer día... Y por supuesto el estar en una isla volcánica viva, por eso a los que conocíamos eso no nos pilló por sorpresa la erupción de 2012, pues 50 años que pasaron entre la del Teneguía y Tajogaite no son nada, y tu lo has dicho, geológicamente hablando. Aún así me impactaron fuertemente todas aquellas espectaculares, no hay que negarlo, imágenes de la feroz erupción. Y por supuesto me dolió bastante todo el circo mediático que se formo allí...

    Precisamente esta Ruta de los Volcanes se nos quedó pendiente, y es que hicimos todas las rutas en la mitad norte de la isla. Lo que si que vimos de la mitad sur fueron las Salinas de Fuencaliente. Ese día íbamos a hacer el bautizo de buceo en Tazacorte (al final nos fallaron los de la agencia y no lo pudimos hacer), y para ir allí, en vez de ir por el túnel hicimos toda la carretera que va bordeando la costa, así que de camino allí paramos a ver las salinas. Y a propósito de las carreteras, lo mismo pensé yo de esa subida en bici al Roque de los Muchachos, debe ser un puerto durísimo. Una vez Perico Delgado comentó que La Vuelta no ha ido nunca a las Islas Canarias por cuestiones logísticas... Pero si lo hiciera alguna vez esa subida al Roque de los Muchachos sería un espectáculo, y es que, como bien has apuntado, no hay en Europa, aunque geográficamente estemos hablando de África 😉, que tenga casi 40 kilómetros de subida y salve un desnivel de 2500 metros.

    Estaré atento a las próximas entregas palmeras, un abrazo.

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  2. Fe de erratas... Quería decir la erupción de 2021, es lo que pasa por querer escribir deprisa...
    Ah, y por cierto, Catalina Grande Piñón Pequeño me los había recomendado YouTube, pero no me había animado a escuchar nada. Gracias por animarme a hacerlo 😉. Son la hostia!!, me encanta esa irreverencia tan gamberra. "...no creo en Dios pero enciendo una vela y rezo para que ese hijo de puta se muera"

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    1. ¡Dani! Ya sabía yo que se te traspapeló la tecla al escribir 2021. No hacía falta decirlo. Pero te sirvió el segundo mensaje para hablar de Catalina Grande. Así que, bien recibido. Es verdad que por el nombre de la banda... puede que no despierte tanto atractivo como Gojira, Adventus o Amon Amarth... porque suena como un poco a cachondeo. Pero son buenísimos, tío. Esa frase de la vela es tremenda... ya me había fijado en ella. Qué arte tienen. Y la de los gastos de gestión de los conciertos... es buenísima. Tiene matices muy buenos esta banda.
      Y muy buen guiño a los Black Crowes por tu parte. Muy fino, sí señoría.
      En La Palma, muchas familias lo han perdido todo. El panorama del malpaís que ha dejado es tremendo. La colada negra es inmensa. Todoque desapareció entero. Ya hay alguna carretera y la maquinaria está allí permanentemente trabajando. Ya viste, que en la Ruta de los Volcanes, pasamos por la ceniza del jóven Tajogaite. El hombre el museo de Los Llanos, nos dijo que tuvo que cambiarse de gafas... porque del polvo del volcán, se le terminaron por poner opacas, casi... todo rallados los cristales. Fueron tres meses de duro trabajo diario retirando ceniza. Y lo que pasa siempre: se apaga el espectáculo, y se olvidan de los palmeros. Hasta la administración se olvida. Como siempre. ¡Yo prometo, yo prometo!... y vino el viento y se llevó las promesas entre la ceniza... o el barro.
      Fuencaliente... ¡Dos veces fuimos! Más el día que terminamos esta ruta, que cogimos allí el bus de vuelta, en Los Canarios. La Punta de Fuencaliente tiene un encanto especial, de verdad. Sólo conocemos 3 de las islas, Gran Canaria y Tenerife... y sin dudarlo nos quedamos con esta. Sobre todo porque las otras están muy masificadas.
      Espero que tu rodilla esté bastante mejor. Yo en La Palma me tuve que lesionar algo, porque empezó a dolerme mucho el tobillo derecho, pero tirando hacia la tibia. Todavía me duele bastante y no puedo salir a correr. Caminando duele menos, y en bici no me duele. No se si habrá sido inflamación en el periostio o algo parecido, pero duele bastante. Nunca sabes donde te puedes lesionar.
      Y de aves... vimos alguna endémica de la isla, como el pinzón palmero, que es precioso, y también muy cercano. Las islas suelen tener subespecies, que muchas son casi idénticas... debe ser algo genético lo que las diferencia.
      Pues un abrazo, chaval, y gracias por tu aporte a este blog. Cuídate.

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