Con un año de retraso según la empresa que arrancamos en 2024, y que se tuvo que aparcar llegando a Zaragoza por una crecida del Cinca de más de cinco metros, por fin en 2025 pero con cierta incertidumbre debido también a los episodios de tormentas durante la semana previa a nuestra salida (el cambio climático manda, lo queramos aceptar o no), el día 1 de septiembre, arranca en Cádiz el coche que nos llevaría (tras una noche de descanso en lo de La Dolores) hasta Fabián, donde montamos nuestro campamento en el camping Fouga, el cual recomendamos enormemente por motivos que ya iremos comentando… y el día 3, tempranito, nuestras Bestard acarician granito por la orilla del precioso y embalsado Lac d´Aubert, junto al cual se estaciona el vehículo después de haber sacado el ticket de aparcamiento en la barrera del Lac d´ Orédon.
La primera vez en una montaña siempre es emocionante… y la segunda, la tercera… todas las visitas a un espacio natural de semejante magnitud son, no solo increíbles, si no necesarias para nuestra formación.
Pongamos que sobre las 8:30, o quizá no lo era, nos enfilábamos a la orilla del lago, recordando a Triana.
Instalaron un wc químico, doble, en una caseta que está justo al aparcar… esto ha supuesto una mejora increíble en las condiciones de higiene del entorno, ya que hablamos de un Parque muy masificado.
Al poco de cruzar la presa, por un camino marcado con hitos, nos encontramos con un par de opciones… tomamos la de la izquierda pensando que se unirían más adelante. Nos equivocamos, porque el collado que hay que alcanzar se nos iba alejando, así que rodeamos el peñón que nos dividió, y nos sirvió para pasar junto a un lago seco (el Lac Sec, que se le podría llamar). Retomamos poco a poco el camino, y continuamos hasta la arista, por buena y bien marcada senda… pero al llegar al último pino uncinata, cambias a otra vertiente, al norte, superada ya la Crête de Barris d´Aubert, y aquí se enfrenta una a la peor de las pedreras jamás imaginada por un homínido… una pesadilla pétrea de carácter granítico donde la paciencia es la única de las salidas posibles.
Por esta zona, es septiembre (y me acuerdo de Los Enemigos), aún chorrean regatos de agua fresca y por supuesto, se puede beber. Ahí queda el dato, que lo creemos interesante.
Decíamos del camping… pues es muy tranquilo, con unos servicios estupendos, con un personal que lo cuida muy bien, y con una clientela bastante educada… además, está junto a la orilla de la Neste d´Aragnouet, que es un río que va cambiando de nombre a medida que baja por distintas poblaciones. En el punto en el que pernoctamos, bajan las aguas de la Neste de la Géla (pico cercano a La Munia, entre este valle y el de Troumouse), y ya se han unido las de la Neste de Couplan, que baja de los lagos d´Orédon y sus vecinos lacustres por los que hoy caminamos. El sonido de este río nos acompañó durante una semana. Al día siguiente de esta ruta, descansando en el camping dije: voy al río, a ver si veo el mirlo acuático y la lavandera cascadeña (literal, y como buen iluso, pues son aves muy difíciles de ver…), y allá que voy, me planto en la orilla, ¿y qué creen que vi?: Lavandera cascadeña y mirlo acuático.
Volviendo a la enorme pedrera, también recogimos algunos plásticos y vetustas latas de a saber que marca. Siempre hay que recordar que la basura no tiene patitas… aunque a veces lo pongo en duda.
Llega el momento en que empezamos a ver gente… unos nos adelantan, y otras vienen de la Horquette d´Aubert, y parece que casi todos tenemos la misma preocupación, porque el trazado no es nada evidente… una pedrera demasiado nueva y sólo tienes algunos pequeños hitos de referencia.
Paramos a unos frutos secos, a eso de las once, y se nos acercan unos chavales de Alicante con algunas dudas, también. Realmente, la ascensión al Néouvielle no es nada sencilla… y hay por ahí reseñas que vienen todas a decir todo lo contrario.
No hemos mencionado aun el Pic Ramougn, que es realmente el protagonista vertical de esta película, pues prácticamente lo estás viendo toda la jornada, por una vertiente, por la otra, per dalt y per baix. Tiene un aspecto desafiante y siendo algo inferior en talla al majestuoso Néouvielle, yo diría que le supera en elegancia. Forma parte de la Crête de Barris d´Aubert, que baja desde lo más alto de esta Reserva Natural hasta lo más profundo de la cubeta glaciar en la que comenzamos.
La sección más alta del recorrido es bastante técnica y aérea, por lo que Isabel, muy sabia, aconsejó que continuase yo solo hacia las puertas del infierno, que ella esperaría bajo la nula sombra de una mullida roca granítica. Arrancamos los walkies para estar conectados, y to tieso pa´rriba. Menos mal… porque sí que es aérea y muy expuesta la parte final de ascensión.
Las vistas desde la cumbre son una verdadera joya pirenaica… un regalo geológico, un placer internacional… y aun así, había basura en la cumbre. Dejo la botella rota de vidrio allí, para que otro la recoja…
Panorámica en mano, emprendo la bajada, y es entonces cuando te das cuenta de que un mal paso…
Alcanzo a uno de los alicantinos, y nos fuimos juntos hasta pasar por debajo del nevero, donde volvimos a alcanzar a sus colegas, y poco más abajo, a Isabel. ¡Por fin de nuevo junto a la compañera de penurias alpinísticas! Y a comer… que ya vienen horas.
Decidimos bajar dando el rodeo por la Hourquette d´Aubert, un precioso collado de 2490m. Nos arrepentimos de lleno… piedras, más piedras… nunca parecía llegar el momento de alcanzar ese maldito collado… pero una vez en el camino nos alegramos bastante; más largo, ¡pero qué buena perspectiva de lo ascendido!, además nos ofreció la oportunidad de avistar un quebrantahuesos muy de cerca, volando tras un buitre leonado… y más abajo, una lagartija pirenaica; pero ahí no queda la cosa: por primera vez identificamos, y sin la guía de aves, una hembra de piquituerto.
Ya sólo quedaba disfrutar de las vistas mientras se caminaba, que antes no era posible… y al alcanzar la tabla de orientación famosa, una chica murciana nos pregunta por el Lac de Cap de Long (primero nos preguntó en francés… no se si será costumbre en Murcia) y le marqué el camino de Les Laquettes, pero nos dijo que tenía que ir por la carretera, para encontrarse de frente con sus compañeros, ya que subieron al Ramougn desde Cap de Long… pero ella, agotada, bajó hacia d´Aubert con esa idea… así que abrimos hueco en el amontonado asiento trasero y nos la llevamos hacia abajo, hasta el cruce, pues si no, ellos hubieran tenido que pagar los 9€ de aparcamiento, sólo para subir a recogerla… o esperarla abajo y que se diese una larga caminata. Hasta nos quiso pagar algo… ¿Qué vas a pagar ni pagar, si el coche es mío?
Y escuchando a John Mayall, terminamos la primera incursión pirenaica de 2025.
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Te bajas del coche, y ves esto... |
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Das cuatro pasos y ves esto otro... |
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El panorama no tiene parangón. |
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La presa del Lac d´Aubert. |
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Esa gran lancha había que dejarla a la izquierda, y nosotros la rodeamos por la izquierda. |
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No hay bien que no venga por un mal... o no. |
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Por esta zona vimos al arrendajo y al cernícalo. |
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El Lac Sec, y el Ramougn controlándonos. |
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En esta zona hay varios tresmiles. El de la izquierda del Pas du Gat nos separa del Cap de Long. |
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El último Pinus uncinata contemplando a Isabel. |
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Hay quien acuña: ¡Que pequeño es el mundo! Ese no conoce esta pedrera. |
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Los lagos van quedando bien abajo. |
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Los granitos royos son realmente bellos. |
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No hagáis esto... compórtense más como los animales. |
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Ya queda una rampa menos... ¡pues no! Todavía hay más. |
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Bloques per baix... |
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Bloques per dalt... |
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Campanula scheuchzeri, puede ser. |
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Isabel, como escala, eternamente rodeada de un mar granítico. |
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Y ya vemos el Pic du Midi de Bigorre. |
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Y menuda vista del Ramougn con su inseparable Lac du Cap de Long a un lado... |
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Y los Lacs d´Aumar y d´Aubert al otro. Inmenso panorama pirenaico. |
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Al fondo toda la zona del Tourmalet. |
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Y al fondo a la derecha se ve la Brèche de Roland. |
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Esta no necesita presentación. |
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Y el menda lerenda en la cúspide del Massif du Néouvielle. |
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Allá al fonde se intuye la Maladeta. |
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Hasta siempre, Ramougn y Néouvielle. |
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Por esta zona apareció ante nosotros el Gypaetus barbatus. |
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Y ya vemos claro el collado a alcanzar y la huella por la que bajaríamos. |
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Pero aún queda bastante negocio. |
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Y tras el quebrantahuesos, apareció este hermoso y pequeño ibón. |
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Isabel. |
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Lagartija pirenaica. |
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Y por fin a disfrutar de la suave caminata y el piquituerto. |
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Lac d´Aumar. Foto finish. |
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