viernes, 15 de septiembre de 2023

Algunos vencejos son especiales. Cuestión de vida o muerte.

Llaman por teléfono y es Carlos, un amigo, que ha encontrado dos vencejos, en su lugar de trabajo. Salgo apresurado a por ellos. Es martes 1 de agosto, por la tarde, mucha calor. Al día siguiente tenemos guardia del Limes Platalea (Proyecto versado en la migración de la espátula-Platalea leucorodia-por el corredor migratorio Playa de la Barrosa-Cabo de Roche), y tiene un cuadrante muy comprometido. Tuvimos que llamar a Paco Hortas (uno de los coordinadores del proyecto), para comunicarle que sólo iría uno de nosotros, pues el otro se tenía que quedar en casa. Era cuestión de vida o muerte. Limes Platalea, para quien no lo conozca y tenga curiosidad puede adentrarse en el blog del proyecto, buscando en Google, encontrarás toda la información de esta emocionante investigación.

Esa noche nos levantamos 2 veces a hidratar a nuestros pequeños vencejos. Su estado era lamentable, se caían de lado y no tenían fuerzas para levantarse. De momento, sólo los podíamos hidratar. El miércoles 2, cada tres cuartos de hora, Isabel los hidrataba, y le consiguió dar el contenido estomacal de algún tenebrio, pues entero era difícil de digerir debido a que los tenebrios tienen un exoesqueleto duro. Cuando tenemos un pájaro con problemas es mejor alimentarlo sólo con los lípidos grasos y proteínas que contienen el interior del tenebrio, que le es más fácil de asimilar y por eso debemos de despojarlo de su exoesqueleto o muda

Estaban verdaderamente al límite de la vida, provocada por la desnutrición producida por una falta de carencia de calorías o de uno o más nutrientes esenciales, al no haber tenido ingesta de alimentos, en varios días, el cuerpo del ave no obtiene las sustancias que necesita para funcionar de forma adecuada. Por eso, hay que ponerles, siempre, una fuente de calor, porque las aves son animales endotermos, es decir, producen su propio calor interno, pero en este caso su metabolismo digamos que está inactivo y hay que reactivarlo, y la única forma de hacerlo es mediante una fuente de calor.

Con forme avanzábamos, veíamos algo raro en ellos (no somos expertos), sabíamos que algo iba mal, pues uno no movía el ala derecha, y el otro tenía la cola curvada, el ala y pata derecha inmóviles; un cuadro clínico nada alentador.

El jueves 3, los llevamos al Zoobotánico de Jerez, donde ya hemos hablado, que hay unos veterinarios maravillosos. Diagnóstico de Miguel Ángel: Ala derecha rota (Alita) y vértebra fracturada entre lumbares y caudales, es decir, luxación de cadera (Colita). Tratamiento: Sendos pinchazos de vitamina B12 y Alita se viene con el ala inmovilizada. ¡Pensábamos que los iban a dormir!… pero, ¿merecerá la pena tanto esfuerzo? ¿Volarán? Mil cuestiones te invaden la mente. Un vencejo tiene que volar… no es un animal doméstico que puedas tener enjaulado. Y por otro lado, un vencejo no es un mirlo… no se posa… necesita estar al 100% de sus capacidades de vuelo, siempre; sabes que los dos primeros años de vida no se posarán nunca, hasta que comience su periodo reproductivo.

Desde hacía una semana teníamos en casa a “Número20”, por razones obvias… y ahora volvemos a tener 3. Pocos días después, serían 7 u 8, ni recuerdo, nuestra amiga Chúss nos trajo los suyos.

El tiempo pasó y los cuidados no cesaron. El alimento de estos vencejos, como ya sabemos, es a base de grillos o tenebrios. Últimamente, y por efecto de las altas temperaturas, cuesta conseguirlo. Ahora estamos criando tenebrios, que poco a poco vamos aprendiendo, ya que este alimento es vital para los vencejos. Como todos los coleópteros sigue un ciclo de cuatro fases diferentes: huevo, larva, pupa y escarabajo adulto.

Pasados los 10 días le retiramos, a Alita, el esparadrapo del ala, con muchísimo cuidado, y poco a poco fue moviendo su imprescindible extremidad. Cada día estaban mejor… pero nada que ver con el esbelto Número20.

No sabemos si lo que hicimos con ellos fue ciencia o magia… pero el día 24 de agosto, estaban listos para alzar el vuelo, los tres querían volar. Es extraño que coincidieran en el tiempo. Pero claro, una cosa es que el vencejo tenga el instinto de volar, que les llega de un día para otro, y otra distinta es que realmente puedan volar, que estén físicamente aptos.

Les tuvimos que ayudar un poco a deshacer los cañones, pues la pluma tiene que estar entera al aire en el crucial momento del vuelo, si no, no hay sustento.

Hemos aprendido un poco sobre la vida de estos seres, tan entrañables, que antes sólo nos limitábamos a ver en vuelo. La sensación de tenerlos en casa, en las manos, escucharlos chillar día y noche… es enriquecedora. Saber que estás dando vida a un animal que cuando despegue de tu mano, te mirará por última vez… ¡y si te he visto no me acuerdo¡ ¡Es algo muy emocionante!

Pues esta entrada sólo es para demostrar que sí, que se puede salvar a un ave que esté en riesgo extremo de morir, y que siempre merecerá nuestro esfuerzo, para salvar esta especie protegida.

En estos días, el Presidente de la Sociedad Gaditana de Historia Natural, acompañado de la Coordinadora del Proyecto, Paula Ávila y otros colaboradores, se han reunido con el Alcalde de Chiclana, para firmar un acuerdo de apoyo a este proyecto, lo que demuestra, que es un trabajo de éxito; y que aunque sin la labor de los voluntarios sería imposible llevar a cabo, también es importante el apoyo de las administraciones.

Unos días después de soltar a los tres juntos, en la playa, y comprobar durante un buen rato que el vuelo era perfecto (aun con la cola curvada, Colita volaba perfectamente), estuvimos en el VIIIº Festival Flamenco 42 días, en La Isla, precisamente en la jornada de clausura, y nos encantó la actuación de la sanluqueña Alba Bazán, que precisamente cantó una copla cuya letra nos emocionó, ya que decía: “pa terminarlo de criar, cogí un pájaro del nido… pa terminarlo de criar… y fue tan agradecío, que cuando lo eché a volar, se posó en el hombro mío”.

Los vencejos no se improntan, son libres y muy necesarios. Mira siempre al cielo, y al suelo. Si ves uno en el suelo, cógelo. Respeta los animales. Aporta tu granito de arena. Desde el proyecto vencejos ya se han liberado más de 500 aves que han tenido una segunda oportunidad de sobrevolar nuestros cielos y ayudarnos en las plagas de mosquitos, porque no olvidemos que los vencejos son insectívoros, sólo se alimentan de insectos, son nuestros salvadores ante la propagación de enfermedades transmitidas por insectos (malaria, fiebre amarilla, mosquito tigre...).

Pero no todo son buenas noticias en este camino.

Hace unos días se tuvo que sacrificar a dos vencejos por contaminación de productos lubricantes industriales. Cuando los recogí olían, sobre todo uno de ellos, fuertemente, a grasa. Lo lavamos con Fairy dos veces, y lo entregamos al zoo para que lo recogiesen otros voluntarios. Han sido muchos días de esfuerzo para nada. El animal llegó al punto en que se le cerraron los ojos y la respiración era muy agitada. Las colonias de vencejos en fábricas, o en naves industriales de mecánica, tienen un grave riesgo de muerte. La toxicidad de esos productos no es compatible con la vida. Deberíamos de ir reflexionando en esos temas. 

Sólo recordar que la Ley 42/2007 (Patrimonio Natural y de la Biodiversidad), nos recuerda que vencejos, golondrinas y aviones son aves protegidas por las leyes, no sólo en nuestro país, sino en toda Europa. La destrucción de sus nidos y de su hábitat son sancionables con una multa de entre 500 y 200.000 euros. Aunque sólo sea por eso respetémoslas.

Es una pesadumbre ver como poco a poco nos estamos deshumanizando, a niveles que ya no queremos saber nada de los pájaros, destruimos sus nidos porque nos manchan las paredes y suelos, inundamos los campos de pesticidas buscando las cosechas perfectas, nuestras casas se rigen por modas arquitectónicas minimalistas...; cuando no hay nada más placentero que pasear escuchando el canto y sonido de los pájaros, con notas musicales que podemos identificar en las grandes composiciones de nuestros grandes maestros, estas no hubiesen brillado sin esos sonidos de la Naturaleza. 


Los protagonistas de esta historia tan fascinante.


El de la izquierda es "grasita". El más pequeño murió a los 3 días. Los tres murieron.

Lo que hablábamos. Son impresionantes. Es una muestra de sufrimiento.

El cañón va irrigado de sangre. Sólo se le puede ayudar a quitar la parte blanca.

"Alita", preparado para saltar. Se tomó su tiempo. Nunca lanzarlo.

Pocas cosas hay más hermosas que un vencejo en este planeta.

"Número20" salió como un muelle. ¿Se nota, verdad? Es inteligente... será hembra.

"Colita" nos mantuvo en vilo hasta el último momento. 

¡Vuela para siempre, amiga! Seguramente nunca los olvidaremos.

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